Este es un amanecer cristalino. Puro. Claro. Aquel que borra, como la lluvia, la suciedad y el desazón del instante previo. De esas horas de angustia del ayer.
lunes, 19 de diciembre de 2011
9º Amanecer o Un recodo en el tiempo.
Este es un amanecer cristalino. Puro. Claro. Aquel que borra, como la lluvia, la suciedad y el desazón del instante previo. De esas horas de angustia del ayer.
miércoles, 14 de diciembre de 2011
8º Amanecer o "Queridos Reyes Magos..."
Odió aquel lugar desde el primer momento.
Le parecía frío y gris. Daba igual la época del año. Aquello siempre parecía un invierno sin fin. Lo veía vacío y triste. Sentía que le faltaba vida. Sentía también que la poca que ella conservaba se iba perdiendo, segundo a segundo, cuando estaba allí.
Odiaba aquel lugar con todas sus fuerzas.
Su nuevo hogar, parecía de todo menos un hogar. Se le hacía enorme, y a mismo tiempo, las cuatro paredes se le encogían, absorbiendo su oxígeno. Se sentía unida a los suyos, y más distante que nunca. Vivir en aquella casa le parecía una contradicción continua.
Odiaría aquel lugar hasta el fin de los días.
Las gentes que había conocido allí, tampoco ayudaban. Muy contrariamente, la hacían sentir más miserable. En aquel lugar parecían haberse olvidado de la bondad, del cariño o del apego. Acompañaban, sin embargo, con toda fidelidad, a la esencia del lugar.
Quería escapar de allí. Se sentía presa. Había dejado tantas cosas atrás para empezar una nueva (y mejor) vida allí. Oh, si lo hubiera sabido a tiempo... Claro que, en aquel momento, a comparación, la idea de mudarse le parecía el edén. Pero, poco a poco, su edén se transformó en su infierno.
Seis años le pasaron volando. Noches frías, días fríos, sueños grises y vacíos... Aquel lugar casi había acabado con ella y con su alma.
Y, de pronto, aparecieron. Ellos. Misteriosamente. De la nada.
Pero las noches se tornaron acogedoras. Y comenzó a saborear los días. Aquellos cafés que le daban vida. Aquellas copas que le quitaban temores. Aquellas risas que, casi de sorpresa, habían ocupado sus días.
Quizás aquel lugar no era ya tan malo.
Empezaba el invierno, pero ella sentía que era verano. Veía a gente por la calle, sentía que tenía tanta vida, que podía regalar pequeñas dosis por el mundo. El reloj dejó de contar. Sentía hambre a todas horas y no existía mundo suficiente para saciarla.
Comenzaba a sentir que aquel lugar valía la pena.
La luz apareció de pronto. Durante el día, durante la noche, en su corazón... Su casa se había transformado en alegría pura. Y se sentía tan a gusto... Cuando podía pasarse, claro. Estaba demasiado ocupada por ahí fuera, disfrutando de los pequeños placeres que aquel lugar le entregaba.
Deseó quedarse ahí para siempre. Con ellos. Los que habían transformado su existencia. Se dio cuenta, entonces, de que el lugar no importaba. De hecho, no lo había hecho nunca. Todo estaba en ella.
Y ella estaba empezando a amanecer...
sábado, 10 de diciembre de 2011
7º Amanecer o Renacer.
El sol despuntaba con toda la energía posible. Este es uno de esos amanceres que te dan sed de vida. Que te animan a soñar, a anhelar, a imaginar. Pero sobre todo, te recuerdan por qué merece la pena vivir.
Mi razón no llegaba a comprender que alguien hubiera tenido suficiente valor para destrozarla así. Pero lo que menos entendía era cómo ella misma había sucumbido. Aquello me mataba por dentro. No podía aguantar ni un instante más.
Y aquella noche salté. Decidí que si ella caía en picado, yo iría detrás suyo. Si no podía amortiguar su caída, si ella no cogía mi mano, sería yo quien fuera a por ella. Que, cuando llegara el momento, la acompañaría a su destino, a mi destino.
Y entonces vería la luz. Saldría de sus tinieblas, sus heridas sanarían y su espíritu volaría libre por fin. Entendería que era un regalo para la vida. Y no al revés. Sabría que cada uno de sus latidos hacía funcionar el mundo. Mi mundo.
Decidiría renacer. Ser ese fénix que resurge de sus cenizas y alza el vuelo en pleno esplendor...
Aquella noche le entregué mi alma. Y si fracasaba, por lo menos mi esencia descansaría con ella. Habría luchado hasta el último segundo. Y no existiría muerte más dulce en todos los tiempos...
Nunca una noche ha vencido a un amanecer.
jueves, 8 de diciembre de 2011
6º Amanecer o Casualidades de la vida
Casualidades de la vida que las vueltas en tren me llevaran tan lejos.
Casualidades de la vida que el Claddagh ring se volviera protagonista.
martes, 6 de diciembre de 2011
5º Amanecer o el arte del tiempo.
Últimamente, sólo parecían existir hoteles a su alrededor. Se habían llegado a preguntar cuántos hoteles, hostales y albergues podría llegar a haber en la ciudad. ¿A cuántos hoteles por ciudadano saldrían? No lo sabían, pero les parecían demasiados.
Tocados y hundidos, se dirigieron al tren. Derrotados. Vencidos. Esperaban sentados en las escaleras a un tren que tardaría 20 minutos en llegar. La obstinación había dado paso a un cansancio extremo y los párpados empezaron a pesar. Se quedaron dormidos. Los dos. En unas escaleras.
Una voz los despertó. El personal de seguridad de la estación les preguntaba qué tren iban a coger. Medio dormidos, respondieron. Les informó de que estaba a punto de llegar y que tenían que apresurarse si no querían perderlo. Pero era demasiado tarde. Para cuando se habían dado cuenta, el tren se había puesto ya en marcha. Maldita estupidez.
Esperaron otros quince minutos más. Y pronto llegó el siguiente. Como si de imanes se tratara, permanecían completamente unidos. Alargando un momento imposible.
Pasaron unos minutos y cada uno seguía su camino. Solo.
El día amanecía triste, gris. Hacía frío. Las primeras luces del día iluminaban las vías. Las estaciones estaban llenas ahora de trabajadores. Parecía que el mundo seguía. Pero ellos sentían que el suyo se había parado de golpe, hacía escasos minutos, en aquel andén.
viernes, 2 de diciembre de 2011
4º Amanecer o el primero de muchos.
Este es un amanecer de costa, de verano. Un amanecer cálido, sobre todo por la compañía. Pero al mismo tiempo frío, por el mismo motivo. Es uno de esos amaneceres que marcan etapas. Que señalan el fin de lo vivido y el principio de lo que queda por vivir.
sábado, 26 de noviembre de 2011
3º Amanecer o Éxtasis.
Este es un amanecer invisible. El segundo que transcurre entre la noche y la mañana. No existen términos medios. Es un todo o un nada. Un amanecer inexistente a la percepción humana.
Salió corriendo de aquellos brazos y se dispuso a abandonar la sala. Necesitaba aire fresco. No entendía qué había podido pasar durante aquel instante en que el tiempo se mezcló con otra dimensión distinta, pero se sentía extraña.
Y abrió la puerta de salida. Pisó la calle y vio la luz. Despuntaba el alba. Aquello estaba desierto. Pero había dejado de sentirse extraña de pronto. Aquella presión que sentía, había desaparecido. Junto a la desesperación y la asfixia. Parecía que, a los primeros rayos del día, aquello se había vuelto totalmente invisible.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
2º Amanecer o un oasis llamado frenesí.
30 Amaneceres.
jueves, 17 de noviembre de 2011
Even Flow.
jueves, 3 de noviembre de 2011
Momentos.
sábado, 22 de octubre de 2011
Too Much is Never Enough
lunes, 17 de octubre de 2011
Darkness
jueves, 13 de octubre de 2011
This is Actually True Blood
domingo, 9 de octubre de 2011
13 años
sábado, 8 de octubre de 2011
viernes, 7 de octubre de 2011
36.
jueves, 29 de septiembre de 2011
I don't hate you, I just wanna save you.
viernes, 23 de septiembre de 2011
96º de esencia volátil.
lunes, 19 de septiembre de 2011
¿Y tú?
domingo, 18 de septiembre de 2011
Un domingo cualquiera...
- Decides que ya es hora de pillar el toro por los cuernos.
- Te das cuenta de que paradójicamente odias y necesitas madrugar al mismo tiempo.
- Ves como poco a poco vas tomando direcciones, caminos, puertas...
- Sacas a la luz tu lado más oficinista. Y funciona.
- Encuentras pequeñas motivaciones que te hacen seguir.
domingo, 4 de septiembre de 2011
sábado, 3 de septiembre de 2011
Por lo menos sigo siendo yo :)
martes, 23 de agosto de 2011
Stop Trying.
jueves, 18 de agosto de 2011
martes, 16 de agosto de 2011
domingo, 14 de agosto de 2011
Ahumando los finales.
Blurry - Puddle of Mudd
lunes, 1 de agosto de 2011
And That's How Time Flew away...
martes, 10 de mayo de 2011
Y el tiempo vuela... Y mi mente también.
The first star I see may not be a star.
We can't do a thing but wait.
So let's wait for one more.
The time such clumsy time in deciding if it's time.
I'm careful but not sure how it goes.
You can loose yourself in your courage.
The mindless comfort grows when I'm alone with my 'great' plans.
This is what she says gets her through it:
"If I don't let myself be happy now then when?"
If not now when?
When the time we have now ends.
When the big hand goes round again.
Can you still feel the butterflies?
Can you still hear the last goodnight?
Close my eyes and believe wherever you are, an angel for me.
La primera estrella que vea, puede que no sea una estrella.
No podemos hacer otra cosa que esperar.
Así que vamos a esperar una vez más.
Al tiempo, este torpe tiempo, para que decida si es el momento.
Voy con cuidado, pero no sé cómo funciona esto.
Puedes perderte a ti mismo en tu valor.
La comodidad conformista crece cuando estoy a solas con mis ‘grandes’ planes.
Ella dice que esto es lo que hace que mengüe:
“Si no me dejo ser feliz a mí misma ahora, ¿entonces cuándo?
Si no es ahora, ¿cuándo?
Cuando el tiempo que tenemos acabe.
Cuando el minutero dé otra vuelta.
¿Puedes sentir aun las mariposas?
¿Puedes oír el último ‘Buenas noches’?
Cierro los ojos y tengo la certeza de que, dónde quiera que estés, eres mi ángel.
martes, 12 de abril de 2011
Hoy podría haber sido uno de esos días en los que deseas no levantarte.
Y es que la vuelta a 'casa' (y lo pongo entre comillas porque, como dicen Héroes del Silencio, me considero 'entre dos tierras') no ha sido nada fácil. Supongo que, como ya he dicho las veces necesarias, cuando uno no espera ni planea nada, las cosas que vienen son el doble de bien recibidas y valoradas.
Precisamente es eso lo que me ha pasado. El hecho de no decir nada a nadie significó no tener planes ni, de hecho, la menor idea de lo que iba a hacer o con quién. Por tanto, ningún plan fue añadido a mi lista. Pero, lo mejor de todo es que la cosa ha salido sobre ruedas. No, si al final aprenderé y todo...
Se me hizo más difícil de lo que imaginaba volar sola. Y ya ni hablemos de pisar tierra firme de nuevo. La suerte que tuve, eso sí, fue el cálido recibimiento por parte de mi compi y los que más tarde llegaron a casa.
Como bien dijo Andreu, y es una frase que me quedó grabada, "Bueno, has deixat els 'teus' enrera per trobar-te amb els 'teus' aquí". Y qué razón tiene. Aunque, claro, en ese momento tiene peso, pero poco a poco va perdiéndolo conforme pasan las horas y la soledad se apodera del tiempo.
El primer paso a superar fue dormir en esa, y perdonad mi lenguaje sucio y desvergonzado, cama de mierda, con su pertinente almohada de mierda en esta habitación de... Bueno, la habitación no está tan mal, después de todo.
El siguiente paso fue al cabo de unas horas, concretamente al levantarme a la mañana siguiente, es decir hoy, cuando el ya desvanecido dolor de cervicales volvió a la carga con esmero y entrega. Entonces fue cuando me acordé de mi querida madre. Y no, no es un sinónimo del conocido 'me acordé de mi X madre' o 'de la madre que me parió'. Realmente pensé en ella. Y básicamente, porque ayer por la noche me recordó con bastante insistencia que fuera al centro hoy por la tarde, después de clase, a por una almohada de esas decentes en el Primark, y no la mierda que tengo y me jode el cuello que da gusto.
Y así es, mamá, como me he levantado (A TIEMPO, aunque he estado a punto de dejarlo pasar y darme media vuelta) para ir a clase a las 10, imprimir luego unas cosas y volver a clase de nuevo, donde, por cierto, me he enterado que la OTAN aquí se llama NATO, cosa que me ha hecho mucha gracia y el profesor ha mencionado expresamente para mí, mostrando el interés que tiene por la cultura española. Un olé por él, por favor.
Bien, después de eso, he llegado a casa y me ha dado por escuchar a nuestra querida Tracy. ¿Por qué será? En el fondo creo que disfruto cortándome las venas. Sí, tiene que ser eso, definitivamente, porque otra explicación no encuentro. Masoca. Masoca de cojones.
En fin, para intentar arreglarlo, he intentado cocinar, preparando unos mejillones con palitos de cangrejo y Philadelphia. Y, vuelvo a insistir, digo 'intentando' porque, primero, no tenía nada en la nevera y me las he tenido que ver con los restos del congelador y, segundo, porque no recordaba que los mejillones estaban en agua con vinagre, por lo que cuando he empezado a comer lo que, se suponía, debía estar cremoso y suave al gusto, me he dado cuenta de que había algo que no cuadraba en el sabor. Mierda para mí. Y, lo siento, pero nunca mejor dicho. Resumiendo, he tenido que dejar lo de la comida a un lado, pues tal 'manjar' me resultaba incomible del todo. Y como las reservas de comida eran nulas, AJO y AGUA.
Lo cierto es que la mañana se me ha hecho eterna y gris. Y no hay peor combinación para un día, puedo asegurarlo. Entre la ñoña post-despedida/vuelta a la vida 'real' y que el día iba haciendo el tonto (ya conocemos todos los cambios de tiempo locos que tiene mi querido Belfast), se me ha hecho un inferno de todas todas.
Pero, y volviendo a mi querida madre, he recordado que, a ser posible, mañana me gustaría despertarme con cuello y nuca, por lo que me he decidido a ir al centro y comprar la bendita almohada, a la vez que pasar por Tesco y cargar un poco con básicos, y, por qué no, darme algún capricho.
¿Sabéis esos momentos en los que estás en un sitio, pero solamente de físico presente? Llevo todo el día así. Estoy, pero no estoy. Siento, pero no siento. Oigo, pero no oigo. Pienso, pero preferiría no pensar. Sería más sano. Yaya, qué razón tienes con tu 'Si quieres ser feliz como dices, ¡no analices!'. AMÉN.
En fin, ya me podrían haber dado 1.000.000 de libras esta tarde y decirme que puedo gastármelo en lo que quiera que, después de pasearme por todas las tiendas, hubiera seguido con las manos vacías y el presupuesto intacto. ¡Qué desastre! Con decir que he visto una cami de Jimi Hendrix en Primark por 10 libras y me he probado una 40 (porque la 38 la veía estrecha) y, como me quedaba grande, ni si quiera he cogido una talla menos para comparar, sino que he abandonado directamente...
Pues, después de vagar por el centro un rato (y habiendo comprado la dichosa almohada), me he comprado un par de revistas y he ido a comprar al Tesco. Como apenas había comido, la vuelta se me ha hecho un infierno, sentía que no podía con mi alma. Por suerte, 'yo llego a casa por mis huevos, y pa huevos los míos'.
Y así ha sido como he llegado, con el alma, y en general todo mi cuerpo, por los suelos. Una buena charlita me ha animado un poco. Bueno, eso y las tres chocolatinas a las 7 de la tarde. ¡Endorfinas para el cuerpo! Seguidamente, un poco de 'Glamour' y... ¿Va a ser que tocará cenar algo, no?
¿Dónde quedaron esas bravas y la Tostá? Alguien me puede coser a tiros, ¿por favor? Qué depresión...
Pero oye, ponte a preparar algo y deja de lamentarte, cojones, a ver si te quitas el síndrome post-viaje y te dejas de tonterías. Y nada, en honor a la comida del Jueves, un poco de pavo con cebollita frita, champiñones y nata líquida. Eso, Sarita, tú sigue evocando a la Mami... ¡Serás Peter Pan!
Y nada, aquí estamos pese a todo. Y no ha sido mi día, eso está claro, pero podría haber sido peor. Hoy podría haber sido uno de esos días en los que deseas no levantarte. Pero no. No lo ha sido. Eso sí, doy mi día de hoy por acabado. Lo necesito. Y, sobre todo, necesito probar esa almohada nueva... ¿Hará milagros?
Bueno, yo con dormir la mitad de bien que estos días, firmo. Porque... Como en casa...
;)
Se os quiere.
viernes, 1 de abril de 2011
Sobre los madrugones
Desde tiempos inmemoriales, levantarme a una hora "decente" ha sido uno de los pesares más grandes al que me he tenido que enfrentar a diario.
Si bien es cierto que, cuando era una enana, disfrutaba abandonando mi cama a las ocho de la mañana (incluídos fines de semana), amargando a todo aquel que estuviera durmiendo todavía (es decir, a mis queridos padres), creo que me duró lo justo para conservar un bonito y pasado (muy pasado) recuerdo de infancia. De hecho, yo ni me acuerdo.
Creo que lo mío siempre ha sido eso del "ave nocturna", heredado posiblemente de mi madre, a diferencia de que ella sí se levanta pronto por la mañana aun y habiéndose metido a las tantas en la cama. Yo, por el contrario, siempre tengo un mínimo de horas para dormir (hasta en la siesta) y, claro, si he estado viendo películas hasta las cuatro de la mañana, eso de levantarme a las nueve sería lo más cercano a un milagro que se haya visto sobre la faz de la tierra.
Por curioso que parezca, tengo más que comprobado que mi habilidad para aguantar despierta toda la noche (o incluso todo el día siguiente) cuando me lo propongo, es infinitas veces mejor que la de dormir tan sólo cuatro horas e intentar, y remarco, INTENTAR, levantarme. Mis trasnochos son fetén y sólo necesito de un par de cafés para llevarlos a cabo, mientras que para despertarme habiendo dormido poco necesito, por lo menos, tres despertadores colocados en puntos estratégicos de la habitación que me obliguen a andar dos metros cada uno, como mínimo, para irme despejando. Y, evidentemente, uno de ellos necesita tener una maza incorporada para que, al accionarse y golpear mi cabeza, decida que es el momento apropiado para sacar el culo del sobre e ir a por un gelocatil para ir previniendo los posibles dolores que, seguramente en breve, empezarán a comerme.
Resumiendo, que esto de sacar mi cuerpo de ese saquito mullido de calor y paz me es mucho más complicado de lo que más de uno puede imaginar. Me baso en la filosofía popular de que para "meterlo" y al cabo de poco "sacarlo" definitivamente, no vale la pena. ¿Para qué sufrir y quedarse con las ganas de más? Creo que debería ir a por chocolate...
A pesar de todo, y a pesar de lo mucho que me cuesta, hoy he conseguido levantarme (tres cuartos de hora) después de que sonara el despertador. Evidentemente, he tenido quince minutos para vestirme, desayunar algo (lo primero es lo primero) y salir para clase. Las consecuencias han sido semi-devastadoras, puesto que, obviamente, he llegado a clase, pero ha sido con quince minutos de retraso.
Pero, en el fondo, creo en el Karma, y esa estúpida idea que defiende las buenas acciones (puesto que se verán recompensadas, al mismo tiempo que descarta las "fechorías", que también son "recompensadas" pero de una forma no tan agradable, claro... ) y, una vez más, se me ha demostrado que no voy mal encaminada, ya que, al poco de sentarme en clase, la profesora ha levantado una bolsa llena de mini-twix, mini-mars, mini-snickers y otras muchas guarreridas y ha dicho: "I think Sara didn't get one!" (Creo que Sara no ha cogido), pasando la bolsa para que mis compañeros me la acercaran.
No obstante, aquí hay algo que no me gusta, porque, si bien he sido recompensada (y doy gracias por ello), el Karma entiende de proporcionalidad, es decir, otorga castigos y premios de la misma proporción que el acto.
Vamos a ver, Karma de mierda, ¿me estás insinuando que mi esfuerzo cabe en una barrita de 18 gr? ¡Vete a tomar por saco! ¡No me juzgues tío, no sabes por lo que he pasado! xD
Bueno, al menos sabes que el chocolate me pierde... Y lo cierto es que me ha entrado de coña al salir de clase. Si es que aquí, quien no se consuela, es porque no quiere. Con un poco de suerte, el día que consiga meterme en la cama a las cinco y levantarme a las ocho para ir a clase a las diez de la mañana, la profesora me sorprende con una barra de Mars enorme, que me durará toda una semana por lo menos...
Quizás vale la pena intentarlo, sólo por ver si el Karma cumple. Después de todo, si hay chocolate por en medio, ¿quién dijo miedo? ;)
jueves, 31 de marzo de 2011
Cooking Guide XII
Esta cosa que se puede semi-apreciar en la foto es mi primer estofado jajaja
Aquí la olla ya está por la mitad, pero lo cierto es que hice cantidad suficiente para llenarla toda, lo que pasa es que estaba (y siempre con modestia) tan y tan bueeeeeeeno que tuve que obligarme a hacerle una foto antes de comérmelo todo (2 o 3 comidas, si llegó).
La idea surge un domingo (¿para qué están los domingos si no para hacer lo que uno no puede durante la semana?), cuando a Sara se le enciende la bombilla y piensa: "¿Y por qué no aprovecho que los 600 gramos de ternera para estofar me caducan mañana para cocinar algo a lo grande y así ya tengo para comer unos días?"
Total, que abrimos el armario y vemos latas y latas de piña en rodajas y... esto... nada más xD
Con el apuro, pasamos a la nevera y vemos 2 paquetes de 300gr de Philadelphia Light y una bolsita a medias de lo que esta gente llama 'Stir Fry', que básicamente son 'verduritas' para freír. Y digo 'verduritas' porque el tamaño es bastante considerable... Pero, oye, ¿qué más da? El estudiante hace locuras por poder comer, llámese sobrevivir a base de McDonald's o bandejas de lasaña o pizza congelada. O, incluso, si quiere cuidar el tipo, tiene cantidades industriales de varitas de merluza como oro en paño en el congelador...
De hecho, no sé de dónde viene esta pasión por la comida congelada. Imagino que por eso de congelar los 'ahorros', dado que, si bien es más barato comprar fresco y cocinar, sí que, en proporción, sale más barato comprar 3 pizzas por 4 libras (que nos darían para 3 cenas o comidas) que irse al KFC a por un menú de, mínimo, 5 libras que nos dará para un sólo festín. Pero eso no importa ahora, volvamos a mi precioso, casero y, sobre todo, BARATO, estofado.
La cuestión es que después de añadir una cebolla (como 0.10 libras) cortadita fina, el Stir Fry (1 libra la bolsa, estaba por la mitad, es decir 0.5 libras) y la ternera (3 libras los 600 gramos), una piensa en la piña del armario, y se dedica a cortar 3 rodajas a trocitos 'finos' (la lata en la que vienen 9 rodajas sale por 0.38, es decir, unos 13 peniques las 3 rodajas) y a añadir el liquidillo por aquello de 'A VER QUÉ PASA'. Además, para qué engañarlo, me quedaban sólo 3 rodajas en la lata, el líquido estaba todo ahí y... joder, SOY CATALANA, ¿VALE? ;)
Bueno, después de toda esta parafernalia, para darle un toque cremoso (o para cualquier otro uso), una siempre cuenta con Philadelphia, que, a parte de estar tremendo en el bocata (desde que era un moco me encantaba ir a casa de Laura y merendar bocadillo de Philadelphia, porque en casa no había ¬¬), está tremendo con cualquier cosa... Siempre mejora aquello que estés haciendo, por muy increíble que esté. Es alucinante... En fin, puse como un tercio de tarrina (es decir, 100 gr, por 50 peniques, dado que la tarrina entera era 1.5 de oferta) y entre la Philadelhpia deshecha y el caldillo del almíbar, la cosa se puso a cocer durante unos minutos.
¿El resultado? Una de mis obras maestras (otra más, vaya jajajaja) que tenía un sabor exquisito, una textura suave y tierna y era 100% equilibrada. En serio que hice comida para, por lo menos comer y cenar bien 2 días. Si llegó a pasar el día y medio, doy gracias, porque estaba tan rico que era imposible dejar de comerlo...
¿Lo mejor de todo? El precio. Puesto que, por lo menos, me duró 2 comidas y una cena (a lo ansias, es decir, cantidades industriales), la cosa sale tirada de precio. Si sumamos todos los ingredientes utilizados y su correspondiente valor, la cosa se nos queda en: 0.1+ 0.5+ 3+ 0.13+ 0.5 = 4.23
Vale, comerte 3 pizzas sale 23 peniques más barato pero... 2 reflexiones:
1) El estofado estaba 100% libre de grasa (quitando a un lado la presente en la ternera de forma 'natural' y la que podría tener el queso Philadelphia) y aportaba muchos más nutrientes esenciales (no olvidemos que, a parte de las proteínas, tenemos vitaminas y calcio) que nuestra querida pizza y sus hidratos de carbono ;)
2) Qué cojones, ¡me pegué un festival cocinando que yo creo que compensa totalmente! Y es que cocinar uno mismo tiene sus puntos positivos, entre otros:
- Desconectar del mundo por un momento.
- Relajarse haciendo algo divertido.
- Superarse a sí mismo.
- Permite inventar, crear o innovar!
- Y... para qué negarlo, si sale bueno, te sientes el puto amo :)
Dicho esto, no me seáis vagos! A cocinar más y menos visitas a la sección de congelados o a la página web de Domino's para pedir las pizzas a domicilio... Menuda vergüenza!!!
Hablando de Domino's, no quiero ni imaginar la cantidad de porquería que llevan esas pizzas... Comparado con mi súper estofado, tan sano y sabroso y equilibrado... :) De hecho, creo que el otro día me llegó un cupón de descuento para las pizzas familiares!! Y se creen que voy a usarlo??? Ni de coña, van listos!! Sólo porque una pizza familiar, que normalmente está a 15 libras, me cueste 7.50 esta vez, no pienso caer. Menuda estrategia comercial... ¡Antes mi orgullo!
Encima, no sé cómo se lo montan, porque a pesar de meter tantas guarradas, están tan y taaaaaaan ricas... Especialmente la barbacoa... está deliciosa. Se me hace la boca agua sólo de pensarlo. Mmmm... ¿¿dónde estará ese vale?? Mierda, tengo que encontrarlo...
¡Ahá! Estaba escondido en un cajón de la cocina... Menudos cabrones, mis compañeros de pisos... ¡Querían quedárselo para ellos! Pues lo llevan claro, éste va a ser para mí. A ver cuándo caduca...
HOY?¿?¿??? Que le den por saco al estofado y a la cocina!!
Pues eso, que cocinéis muy a gusto, pringados, que yo me voy a comer una megapizza familiar a mitad de precio y a vuestra salud ;)
Y que viva la vida estudiantil!!
PAZ.