miércoles, 29 de agosto de 2012

19º Amanecer. "Camino al paraíso"



A veces, me siento orgullosa de poder mantener ese tenue silencio.

Porque si dijera todo aquello que se desprende de mis entrañas, con el corazón en un puño, todo saldría volando fugazmente. Casi del mismo modo que llegó.

La impaciencia nunca fue buena compañera. Pero, como todo en la vida, uno debe acabar aprendiendo a marcar límites.

Sé que llegará el momento en el que lo haré. Como si me fuera a comer las estrellas una a una.

Oh, paraíso...

domingo, 26 de agosto de 2012

18º Amanecer. "Vuelos"



En el comedor se respiraba el aire cargado. La única ventana que daba a la calle estaba abierta pero, a pesar de entrar una pequeña brisa fresca, había demasiada densidad en el ambiente y le costaba mantener la atención a la conversación.

Como si de un espasmo se tratara, se levantó de pronto del sillón y se acercó al ordenador portátil, sintiendo el impulso de poner algo de música que pudiera distraer su mente por un rato. Escogió un album de Pearl Jam y se encendió un cigarro.

La voz de Eddie Vedder empezó a penetrar en su cabeza y sintió que le crecían alas. Por unos segundos, empezó a sentirse despojada de toda sensación de ahogo en su vida y en aquel cuarto.

-Yo suelo escuchar a Led Zeppelin cuando quiero volar. -dijo una voz.

De pronto volvió al cuarto.

-Sí, pero si te fijas los viajes son totalmente distintos.

-Explícate. -Volvió la voz.

Dio una calada a su cigarro y sacó lentamente el humo. Intentó ordenar las palabras en su cabeza. Le pareció que el cuarto empezaba a desvanecerse.

-Pearl Jam es liberación. Es ira e inconformismo, pero también es paz. Pearl Jam es nubes y cielo abierto. Pero también es tormenta y oscuridad. Es éxtasis y revelación. Es la catarsis de nuestros días de existencia.

-Comprendo...

-Led Zeppelin es misticismo. Es abstracción y desintegración, pero también es el sentido. Led Zeppelin es universo y el infinito. Pero también es la nada y lo supernatural. Es la pausa del tiempo y la lógica de lo incoherente. Es la epifanía de lo puro.

Se hizo el silencio. Siguió fumando lentamente su pitillo, saboreando cada calo como si el aire fuera a agotarse en cualquier momento.

-Pon "No Quarter". Me hace perderme en el cosmos. Siento que voy a acabar colocándome más de la cuenta... -Hizo una pausa para seguir fumando. - No me importaría morir de sobredosis.

Las primeras notas de la canción sonaron. Sintió una fuerte presión en su sien. A medida que iba abandonándose en la voz de Plant, el cuarto siguió desvaneciéndose hasta desaparecer. Las estrellas aparecieron en el infinito y sintió que flotaba. A su lado, Major Tom sonreía con complicidad.

-Creo que si la canción sigue un sólo segundo más, no voy a poder regresar, Tom.

De pronto, se halló en silencio. La gravedad se hizo presente y cayó en picado hacia la tierra. Golpeó duramente contra el asfalto. Sus pulmones se encogieron y empezó a notar un sabor ferroso en la boca.

Miró a su alrededor. Volvía a estar en aquel comedor. Major Tom había desaparecido. Volvió su vista al frente. Pudo visualizar una sombra a poco más de un metro. Sus ojos, empapados de lágrimas y sudor, pudieron distinguir una guitarra. Se acercó a ella como pudo. La tomó y colocó su mano en el mástil.

-¿Quieres tocar ahora? -Entonó la voz.

-Sí. Ya casi lo tengo. Queda bien poco...

-¿Para qué?

-Para volver allá arriba.

Tomó una púa de su bolsillo y empezó a rasgar las cuerdas. El cuarto se desintegró de nuevo. Las estrellas, a lo lejos, brillaban intensamente. Allí estaba Major Tom, tendiéndole la mano. Sonrió.

-No me importaría morir de sobredosis.

martes, 21 de agosto de 2012

17º Amanecer. "Omen"



Las palabras tropezaban antes si quiera de salir de sus labios. Aquella torpeza adolescente volvía a hacer presencia después de tantos años y sentía que la presión en sus venas era tan grande que en cualquier momento podían estallar. Su cabeza parecía un hervidero de emociones y pensamientos, carente de sentido alguno y cuanto más intentaba poner algo de orden, más confuso y extraño le parecía todo.

La revolución de la mente. Del ser.

"I... Oh, I'm still alive..."

Juegos de luces, sombras y matices. Eddie Vedder desgarrándose. El dulce sabor del alcohol derramándose en la garganta. Partituras a medio tocar. Los sentidos, agudizados, completamente perdidos, en lucha. La complicidad a flor de piel.

Un puente azul al horizonte del alma. Y Eddie Vedder desgarrándose...