miércoles, 18 de enero de 2012

11º Amanecer o "May it Be"


Un amanecer interior.

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Estaba saturada. Todo la superaba, por un lado o por otro. Faena, familia, amistades... Todo le suponía un esfuerzo extremadamente pesado y duro. Le costaba hasta hablar. Y sentía que cada explicación que daba era un pedacito de energía que se arrancaba a sí misma. Y, aún así, seguía al pie del cañón. Decidida a morir antes que perder la vida. Aunque en el fondo supiera que ambas opciones iban a caer.

Corría por sus días, sin pausa. Y cuando podía gozar de un pequeño espacio de paz, se daba cuenta de que había olvidado por completo cómo hacerlo. Cómo llegar a sentir esa calma interior. Cómo salir de la montaña rusa que es la vida.

Un día, después de una dura jornada de trabajo y de hacer una visita a sus padres, y de comprar, y de preparar las cosas para el día siguiente, consiguió por fin frenar. Paró por un momento, y antes de dejar que la invadiera otro pensamiento cargado con cosas que debía hacer, respiró. 

Inhaló aire. Lo empujó hacia su interior, como si quisiera hacerlo llegar a sus entrañas. Y lo mantuvo allí, como tesoro que uno conserva bajo llave. Pareció hasta dolerle. Hacía demasiado tiempo que no se había parado a respirar, si quiera. 

Le vinieron entonces a la cabeza recuerdos de cuando era niña. La ilusión que sentía por cada pequeña cosa que hacía. Lo divertido que era salir a pasear y entretenerse mirando las flores, o los pequeños animales. Lo importante que fue para ella la primera vez que sujetó un lápiz y escribió su nombre. O lo feliz que se sentía cuando su madre le había preparado algo rico para cenar. Las ganas que tenía de ir a la escuela y aprender algo, lo que fuera. O jugar a hacer castillos con la arena del patio. Recordó las mañanas de verano, aquellas en que nada más levantarse se daba una ducha bien fresquita que la revitalizaba. O las tardes jugando a las muñecas, creando historias, personajes y situaciones. Todo era posible, todo era hermoso. No existía el miedo, ni el dolor. ¿Dónde había quedado todo aquello?

Exhaló de pronto todo el aire, hasta quedarse vacía. Hasta sentirse tan ligera que podía levitar. Volvió a coger aire y, esta vez, sin saber por qué, sus ojos se llenaron de lágrimas. Sintió que dolía algo en su interior, pero que poco a poco iba fluyendo hacia fuera junto a ese llanto que afloraba en ella. Sintió que salían más y más lágrimas. Y que poco a poco iban limpiando su alma. Sacando toda aquella mugre que la había vuelto una persona desgraciada.

Se sintió pura. Y vacía. Pero llena al mismo tiempo. No necesitaba nada más. Abrió los ojos. 

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Hay cosas que nadie las puede hacer por nosotros...
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Y bueno... después de un break considerable por falta de inspiración/motivación vuelvo a la carga. Dando muchísimas gracias a todos/as aquellos/as que me leéis y/o comentáis. Porque me dais pequeños chutes de energía para seguir con ello.

GRACIAS, DE VERAS!

lunes, 2 de enero de 2012

10º Amanecer



Los primeros rayos de luz aparecen al horizonte. La ciudad, sin embargo, está despierta. Ni si quiera se ha acostado todavía.

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El alcohol aún corría por sus venas. Y la nicotina, mezclada con el THC, entraba lentamente en el organismo. El frío invadía su cuerpo. Necesitaba llegar a casa.

Y de pronto la cosa hizo pum. Por un momento, los neurotransmisores parecían hacer espirales en los espacios sinápticos. Y el deseo invadió su ser. 

Mal momento. Después de todo, su cama iba a estar vacía.

Se imaginó entonces lo increíble que sería llegar a casa acompañada. ¿Existiría algún número de teléfono en los clasificados que pudiera salvarle la noche? 

Quizás era más fácil probar de drogar a cualquiera que pasara por la calle. Con un poco de suerte, no iría a dormir sola.

O mejor aún. Podía seguir drogándose ella. Hasta que no le apeteciera otra cosa que no fuera caer en el suelo, sin poder hacer o pensar nada más. 

Sí, igual esa opción acababa siendo más efectiva, al fin y al cabo.