jueves, 3 de febrero de 2022

Duele

Duele cuando dices que tienes ganas de morirte. 

Y yo sólo tengo ganas de verte vivir, y sonreír, y volar.

Pero todo te es tan pesado que tus alas sólo pueden alzar el duelo.

Y ya no recuerdas esos te quiero que solías regalar a cada minuto. Ni la chispa con la que ardían nuestras sábanas.

Yo aún recuerdo esa dicha tan maravillosa de habernos conocido en las circunstancias más hollywoodienses posible. La ilusión por ese mensaje de amor que siempre está por llegar. Pero nunca llega.

Y cansa. Y duele. Y el amor no todo lo puede. No si no es correspondido.

Y eso duele.



lunes, 13 de febrero de 2017

29º Amanecer "El peso de los sueños"

Qué sutil te presentas,
como sombra del ayer.
Qué ligeros son tus besos,
casi ni los puedo sostener.

Pero qué brillante es tu aura,
que me ciega la razón.
Qué fuertes esos puños,
que provocan desazón.

Tengo miedo a perderte,
a que te marches otra vez.
Tengo miedo a encontrarte,
a que te quedes esta vez.

Qué sutil te presentas,
pero qué presencia tienen tus años.
Qué ligeros son tus besos,
pero qué firmeza tienen tus pasos.

No hay balanza en este mundo
que pueda cargar con tus dueños,
que pueda medir tu peso,
el peso de los sueños.







domingo, 29 de enero de 2017

A la Sara de los dieciocho



Querida Sara de los dieciocho, hace ya casi diez años que no nos vemos, y hoy, viendo estas fotos, me he acordado de ti. Necesitaba decirte algo importante, muy importante. No sé si llegaré a tiempo, pero quiero intentarlo, porque es lo más importante que te dirán nunca a los dieciocho.
Quería decirte que te quiero. Eres preciosa. Eres perfecta. No lo olvides nunca. Tú te ves fea y crees que eres un patito feo. En esa foto pesas 65kg y te ha costado dios y ayuda haber perdido ya los 10kg que has perdido. Quiero decirte que estás guapísima. Pronto se te irá la cosa de las manos y seguirás pasando hambre, más que el perro de un ciego, para llegar a esos 60 que tanto ansías, y luego serán 58, 56 y, cuando te des cuenta, te darán bajadas de tensión cada dos por tres y tu estómago rugirá a las 9 (nunca llegas a la clase de Historia y cultura de las islas británicas a las 8.30, no te engañes) como si no hubiese mañana.
Quería decirte que no vale la pena. Que eres tan bonita y tan llena de vida y tienes tantas ganas de ser feliz y de comerte el mundo, que éste se te queda pequeño. Quiero que sepas que tienes un inglés precioso y que, probablemente tienes más vocabulario ahora y absorbes como una esponja, y cuando nos veamos tú y yo te darás cuenta de que me pegas mil patadas.
Quería decirte que tú crees ahora que ya lo has sufrido todo y que eres débil. Te equivocas en las dos. Me sabe mal decírtelo, pero sólo acabas de empezar y te van a venir por todos lados. Y eres la persona más fuerte del universo ahora mismo y puede que nunca vuelvas a serlo como lo eres ahora, porque tienes tantas ganas de vivir que no hay mal que pueda superarte, aunque tú creas que sí lo hace. Pero no.
Quería decirte que crees que estás acojonada. No es así. No te imaginas aún las cosas que vas a hacer, pero te aseguro que no conozco persona más valiente que tú a los dieciocho. Vas a vivir las mejores aventuras de tu vida estos años y vas a tener el privilegio de sentir el éxtasis del amor y de la amistad. Y probablemente no vuelvas a sentirlo nunca de esta manera, pero da igual, porque tú no te das cuenta del alcance que tiene todo esto, y sin embargo, lo estás viviendo y te levantas cada día a por más. Cuando volvamos a vernos, dentro de unos años, te darás cuenta de que, a medida que pasan los años, te acojonas. La vida te empieza a dar miedo y te haces preguntas tan estúpidas como cuántos meses quedan para volver a cobrar la paga extra para poder respirar un poco, porque te falta aire para vivir. Sara, ¿te lo imaginas? Te pido por favor, que no te olvides de esto. No dejes nunca que cosas así te quiten el aire. Eso es ser valiente, como estás siendo ahora. Ser valiente es vivir de manera plena, con todos los sentidos, sin reservas, entregándote, como estás haciendo ahora. No te olvides nunca de esto, por favor.
Quería decirte también que vas a cometer muchos errores. O eso creerás tú. Nada está más lejos de la realidad. Eres una persona muy responsable y odias herir a los demás, porque te han herido muchas veces y sabes lo que se siente. Pero la vida es así y, del mismo modo que tú has sido herida, herirás, sin querer a otros. Y no puedes pasar toda la vida sin perdonártelo, porque eres humana, y eso implica ser perfectamente imperfecta. Y cagarla. Contigo y con los demás. Y cometer errores. Y, ¿sabes qué te recomiendo? Que no te quedes con las ganas, que la cagues y te equivoques y vuelvas a empezar. Porque tienes esa preciosa energía que te hace empezar de nuevo cada día, esa ilusión de descubrir y de explorar. Permítete cometer errores. Permítete hacerlo y no te martirices por ello, porque sigues siendo una buena persona y siempre lo serás. Y lo sabes.
Sara, eres pura efervescencia. Eres la pasión personificada. Desbordas energía e ilusión. Tienes sueños, proyectos y muchas ganas de vivir. Eres preciosa por dentro y por fuera. Y ahora mismo eres un equilibrio perfecto entre la mujer que serás y la niña que estás dejando ir. Estás en un espacio liminal mágico, donde estás descubriendo tu esencia y lo que de verdad te importa. Estos momentos van a ser únicos y jamás los vas a olvidar. Va a haber mucha fiesta, muchos amigos, muchísima música y conciertos, mucho inglés y más nirvana de lo que puedas llegar a imaginar jamás. No tengas miedo, por favor. No pienses que no vales. Ahora veo tu foto, con la mano izquierda sujetando la cámara y la mano derecha aplanando tu barriga. Tienes miedo de que te llamen gorda y te marginen, como tantas veces han hecho antes. No te quieres y no te bastan los kilos que has bajado, porque nunca va a ser suficiente. Te ves eternamente imperfecta y nunca vas a ser esa princesa que siempre quisiste ser. Pero no pasa nada. ¿Sabes por qué? Porque aun así eres preciosa. Y perfecta. Y tienes tanta pasión en tu interior que harías arder el universo entero con sólo mirarlo. Y, te quiero. Te quiero por encima de todo. Y, si tú consigues quererte algún día como te quiero yo, nada habrá en este mundo que pueda pararte.

jueves, 25 de agosto de 2016

La noche oscura del alma


Más real que el Coco y el Hombre del saco. Mucho más terrorífica. Una experiencia que, definitivamente, te cambia la existencia. Te secuestra como lo harían ellos. O, por lo menos se lleva una parte de ti. Y lo mejor de todo es que después de todo el terror, la oscuridad y el helor en tu pecho... Después de todo eso, amanece. Y puedes ver la luz de un nuevo día, de una nueva era. Tu luz.


miércoles, 24 de agosto de 2016

Back on Track

Porque hasta el hastío se hastía de sí mismo si no tiene piernas para salir corriendo de su sombra. Porque los brazaletes oxidados terminan oxidando el alma y el aire que respiro. Porque las visitas a la herrería son más útiles que la escritura para romper las cadenas que me atan al pasado.

Por esto y porque no quiero que las cenizas del ayer ensucien los prados aún yermos del hoy y del mañana. Por esto y por mucho más, hoy decido girar la vista. Decido mirar con atención lo que dejo atrás, pero sólo para que los pasos andados sean la guía de los que me quedan por andar.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.




sábado, 9 de enero de 2016

Adrenaline J*mpep

Ahora me gustaría decirte que siento esa adrenalina. Esa puta energía corriendo por mis venas. Animándome a devorar el mundo. El puto Rock'n'Roll, el Grunge del Nevermind y todo lo que sigue. Que me río de tu idea de formar una familia. Que no entiendo cómo se te puede pasar eso por la cabeza. Pero confieso que, si alguna vez tuviera hijos, querría que tuvieran esa efervescencia tuya corriendo por sus venas.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Allí.

Allí, donde los niñatos ahora rodean la gran manzana. Allí solíamos hablar de botones secretos y de que habíamos nacido para triunfar en América.

Allí construíamos sueños, hacíamos promesas y decíamos adiós a nuestros miedos. Allí alargábamos los instantes como tantas veces antes habíamos hecho en tantos otros sitios.

Allí, donde los niñatos ahora lucen su nido vacío. Allí, donde los niñatos se conectan a la gran máquina de diálisis que los priva de oxígeno. Allí nosotros nutríamos nuestras entrañas de la más intensa vida que jamás pudimos y podremos nunca soñar.

https://youtu.be/6Ck6Hcg2cjk