miércoles, 14 de diciembre de 2011

8º Amanecer o "Queridos Reyes Magos..."


***

Odió aquel lugar desde el primer momento.

Le parecía frío y gris. Daba igual la época del año. Aquello siempre parecía un invierno sin fin. Lo veía vacío y triste. Sentía que le faltaba vida.  Sentía también que la poca que ella conservaba se iba perdiendo, segundo a segundo, cuando estaba allí.

Odiaba aquel lugar con todas sus fuerzas.

Su nuevo hogar, parecía de todo menos un hogar. Se le hacía enorme, y a mismo tiempo, las cuatro paredes se le encogían, absorbiendo su oxígeno. Se sentía unida a los suyos, y más distante que nunca. Vivir en aquella casa le parecía una contradicción continua.

Odiaría aquel lugar hasta el fin de los días.

Las gentes que había conocido allí, tampoco ayudaban. Muy contrariamente, la hacían sentir más miserable. En aquel lugar parecían haberse olvidado de la bondad, del cariño o del apego. Acompañaban, sin embargo, con toda fidelidad, a la esencia del lugar.

Quería escapar de allí. Se sentía presa. Había dejado tantas cosas atrás para empezar una nueva (y mejor) vida allí. Oh, si lo hubiera sabido a tiempo... Claro que, en aquel momento, a comparación, la idea de mudarse le parecía el edén. Pero, poco a poco, su edén se transformó en su infierno.

Seis años le pasaron volando. Noches frías, días fríos, sueños grises y vacíos... Aquel lugar casi había acabado con ella y con su alma.

Y, de pronto, aparecieron. Ellos. Misteriosamente. De la nada.

Pero las noches se tornaron acogedoras. Y comenzó a saborear los días. Aquellos cafés que le daban vida. Aquellas copas que le quitaban temores. Aquellas risas que, casi de sorpresa, habían ocupado sus días.

Quizás aquel lugar no era ya tan malo.

Empezaba el invierno, pero ella sentía que era verano. Veía a gente por la calle, sentía que tenía tanta vida, que podía regalar pequeñas dosis por el mundo. El reloj dejó de contar. Sentía hambre a todas horas y no existía mundo suficiente para saciarla.

Comenzaba a sentir que aquel lugar valía la pena.

La luz apareció de pronto. Durante el día, durante la noche, en su corazón... Su casa se había transformado en alegría pura. Y se sentía tan a gusto... Cuando podía pasarse, claro. Estaba demasiado ocupada por ahí fuera, disfrutando de los pequeños placeres que aquel lugar le entregaba.

Deseó quedarse ahí para siempre. Con ellos. Los que habían transformado su existencia. Se dio cuenta, entonces, de que el lugar no importaba. De hecho, no lo había hecho nunca. Todo estaba en ella.

Y ella estaba empezando a amanecer...








4 comentarios:

  1. ooooooh q bontiooo♥
    adoroo lso finales feliices, ie ste mas aun! me a encantadooo=D

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  2. Romántico y meláncolico... tú! precioso, me encanta los amaneceres! :D estos textos me hacen trasportarme hacia otro lugar y pensar cosas tristes y alegres a la vez... ¿cómo se te ocurre algo tan bello?
    un beso de F.F.

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  3. Ois! Qué bonitooo! Me encanta!
    Joder, escríbeme los capítulos! Quiero que me escribas los capítulos que a mi me salen muy raross! hahahahha!!
    Muchos besos guapa!! :D

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  4. Jolines, chicas, muchísimas gracias!

    Yo disfruto muchísimo con vuestros blogs también :D :D

    Me alegro de poder compartir todo esto con vosotras!! :)

    FF, MUCHÍSIMAS GRACIAS!! :$ :$ lo cierto es que me viene así. A veces percibes cosas que son minúsculas, pero para ti son algo especial. Intento transmitirlas tal cual lo siento. Pero a veces no es fácil y tengo que escribir unos cuantos borradores antes de que quede bien jajajajaja Me suelo bloquear bastante :$ :$

    Gema, pero qué dices!! A mí me encantan tus capítulos!! Así que nada de raros :D :D MUCHÍSIMAS GRACIAS DE VERDAD!! :D

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