¿Por qué sientes que lo que debía haber sido el cielo se ha convertido en el infierno?
¿Por qué te estremeces ante la posibilidad de la duda si tú eres tu propio y único juez?
¿Por qué no quieres regalarte el mundo, aunque sólo sea por una vez?
Las respuestas siempre acaban estando en uno mismo.
A veces sólo hay que dejarlas fluir.
La desconfianza y el miedo hace con nosotros lo que les da la gana. Por culpa de esas dos cosas que a veces tenemos sin sentido, no somos capaces de salir al exterior emocional y anímicamente.
ResponderEliminarGracias por pasar por mi blog :) Si, ya se que la he liado mucho, pero bueno jajaja
Un beso muy fuerte guapa =)