tag:blogger.com,1999:blog-13970205282266618882024-03-05T21:48:55.363+01:00Lost and Found in BelfastLady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.comBlogger144125tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-32204337584681103442022-02-03T13:09:00.003+01:002022-02-03T13:11:41.427+01:00Duele<p>Duele cuando dices que tienes ganas de morirte. </p><p>Y yo sólo tengo ganas de verte vivir, y sonreír, y volar.</p><p>Pero todo te es tan pesado que tus alas sólo pueden alzar el duelo.</p><p>Y ya no recuerdas esos te quiero que solías regalar a cada minuto. Ni la chispa con la que ardían nuestras sábanas.</p><p>Yo aún recuerdo esa dicha tan maravillosa de habernos conocido en las circunstancias más hollywoodienses posible. La ilusión por ese mensaje de amor que siempre está por llegar. Pero nunca llega.</p><p>Y cansa. Y duele. Y el amor no todo lo puede. No si no es correspondido.</p><p>Y eso duele.</p><p><br /></p><p><br /></p>Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-57214398033525941532017-02-13T20:00:00.003+01:002017-02-13T20:01:45.666+01:0029º Amanecer "El peso de los sueños"Qué sutil te presentas,<br />
como sombra del ayer.<br />
Qué ligeros son tus besos,<br />
casi ni los puedo sostener.<br />
<br />
Pero qué brillante es tu aura,<br />
que me ciega la razón.<br />
Qué fuertes esos puños,<br />
que provocan desazón.<br />
<br />
Tengo miedo a perderte,<br />
a que te marches otra vez.<br />
Tengo miedo a encontrarte,<br />
a que te quedes esta vez.<br />
<br />
Qué sutil te presentas,<br />
pero qué presencia tienen tus años.<br />
Qué ligeros son tus besos,<br />
pero qué firmeza tienen tus pasos.<br />
<br />
No hay balanza en este mundo<br />
que pueda cargar con tus dueños,<br />
que pueda medir tu peso,<br />
el peso de los sueños.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgD2m3fRozJOwmh01Z8cChH8soPkz34lW4QSNEomFG1n5RUvQ7QKqeixRhv_pGU6b2AFCmaf3hgARvd0e7a4ZsUBW8_gTSDvAZ4cGv8-JOsT5niCWfXxcpShGhKmUyHheXGvIhUY-lgc1I/s1600/Fire.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgD2m3fRozJOwmh01Z8cChH8soPkz34lW4QSNEomFG1n5RUvQ7QKqeixRhv_pGU6b2AFCmaf3hgARvd0e7a4ZsUBW8_gTSDvAZ4cGv8-JOsT5niCWfXxcpShGhKmUyHheXGvIhUY-lgc1I/s320/Fire.JPG" width="214" /></a></div>
<br />
<br />
<br />Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-25651395829105806162017-01-29T02:22:00.003+01:002017-01-29T02:22:33.247+01:00A la Sara de los dieciocho<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgTZGgbgWUi1lK4eC1sUOuZGSPqjztBDsD-RE9cdlgKML6CCrOV3xJ7BbxXgzvyLyv4PFTzm1hnyaMLtPqvW3Yly3YHTHTrLiF4k22_w1tpvtCFz9LqTPlUmydvacTzXnNtfIR_-Q1Fkk/s1600/1227737156468_f.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgTZGgbgWUi1lK4eC1sUOuZGSPqjztBDsD-RE9cdlgKML6CCrOV3xJ7BbxXgzvyLyv4PFTzm1hnyaMLtPqvW3Yly3YHTHTrLiF4k22_w1tpvtCFz9LqTPlUmydvacTzXnNtfIR_-Q1Fkk/s320/1227737156468_f.jpg" width="256" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px;">
Querida Sara de los dieciocho, hace ya casi diez años que no nos vemos, y hoy, viendo estas fotos, me he acordado de ti. Necesitaba decirte algo importante, muy importante. No sé si llegaré a tiempo, pero quiero intentarlo, porque es lo más importante que te dirán nunca a los dieciocho.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Quería decirte que te quiero. Eres preciosa. Eres perfecta. No lo olvides nunca. Tú te ves fea y crees que eres un patito feo. En esa foto pesas 65kg y te ha costado dios y ayuda haber perdido ya los 10kg que has perdido. Quiero decirte que estás guapísima. Pronto se te irá la cosa de las manos y seguirás pasando hambre, más que el perro de un ciego, para llegar a esos 60 que tanto ansías, y luego serán 58, 56 y, cuando te des cuenta, te darán bajadas de tensión cada dos por tres y tu estómago rugirá a las 9 (nunca llegas a la clase de Historia y cultura de las islas británicas a las 8.30, no te engañes) como si no hubiese mañana.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Quería decirte que no vale la pena. Que eres tan bonita y tan llena de vida y tienes tantas ganas de ser feliz y de comerte el mundo, que éste se te queda pequeño. Quiero que sepas que tienes un inglés precioso y que, probablemente tienes más vocabulario ahora y absorbes como una esponja, y cuando nos veamos tú y yo te darás cuenta de que me pegas mil patadas.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Quería decirte que tú crees ahora que ya lo has sufrido todo y que eres débil. Te equivocas en las dos. Me sabe mal decírtelo, pero sólo acabas de empezar y te van a venir por todos lados. Y eres la persona más fuerte del universo ahora mismo y puede que nunca vuelvas a serlo como lo eres ahora, porque tienes tantas ganas de vivir que no hay mal que pueda superarte, aunque tú creas que sí lo hace. Pero no.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Quería decirte que crees que estás acojonada. No es así. No te imaginas aún las cosas que vas a hacer, pero te aseguro que no conozco persona más valiente que tú a los dieciocho. Vas a vivir las mejores aventuras de tu vida estos años y vas a tener el privilegio de sentir el éxtasis del amor y de la amistad. Y probablemente no vuelvas a sentirlo nunca de esta manera, pero da igual, porque tú no te das cuenta del alcance que tiene todo esto, y sin embargo, lo estás viviendo y te levantas cada día a por más. Cuando volvamos a vernos, dentro de unos años, te darás cuenta de que, a medida que pasan los años, te acojonas. La vida te empieza a dar miedo y te haces preguntas tan estúpidas como cuántos meses quedan para volver a cobrar la paga extra para poder respirar un poco, porque te falta aire para vivir. Sara, ¿te lo imaginas? Te pido por favor, que no te olvides de esto. No dejes nunca que cosas así te quiten el aire. Eso es ser valiente, como estás siendo ahora. Ser valiente es vivir de manera plena, con todos los sentidos, sin reservas, entregándote, como estás haciendo ahora. No te olvides nunca de esto, por favor.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Quería decirte también que vas a cometer muchos errores. O eso creerás tú. Nada está más lejos de la realidad. Eres una persona muy responsable y odias herir a los demás, porque te han herido muchas veces y sabes lo que se siente. Pero la vida es así y, del mismo modo que tú has sido herida, herirás, sin querer a otros. Y no puedes pasar toda la vida sin perdonártelo, porque eres humana, y eso implica ser perfectamente imperfecta. Y cagarla. Contigo y con los demás. Y cometer errores. Y, ¿sabes qué te recomiendo? Que no te quedes con las ganas, que la cagues y te equivoques y vuelvas a empezar. Porque tienes esa preciosa energía que te hace empezar de nuevo cada día, esa ilusión de descubrir y de explorar. Permítete cometer errores. Permítete hacerlo y no te martirices por ello, porque sigues siendo una buena persona y siempre lo serás. Y lo sabes.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-top: 6px;">
Sara, eres pura efervescencia. Eres la pasión personificada. Desbordas energía e ilusión. Tienes sueños, proyectos y muchas ganas de vivir. Eres preciosa por dentro y por fuera. Y ahora mismo eres un equilibrio perfecto entre la mujer que serás y la niña que estás dejando ir. Estás en un espacio liminal mágico, donde estás descubriendo tu esencia y lo que de verdad te importa. Estos momentos van a ser únicos y jamás los vas a olvidar. Va a haber mucha fiesta, muchos amigos, muchísima música y conciertos, mucho inglés y más nirvana de lo que puedas llegar a imaginar jamás. No tengas miedo, por favor. No pienses que no vales. Ahora veo tu foto, con la mano izquierda sujetando la cámara y la mano derecha aplanando tu barriga. Tienes miedo de que te llamen gorda y te marginen, como tantas veces han hecho antes. No te quieres y no te bastan los kilos que has bajado, porque nunca va a ser suficiente. Te ves eternamente imperfecta y nunca vas a ser esa princesa que siempre quisiste ser. Pero no pasa nada. ¿Sabes por qué? Porque aun así eres preciosa. Y perfecta. Y tienes tanta pasión en tu interior que harías arder el universo entero con sólo mirarlo. Y, te quiero. Te quiero por encima de todo. Y, si tú consigues quererte algún día como te quiero yo, nada habrá en este mundo que pueda pararte.</div>
Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-77634324513809214872016-08-25T23:29:00.002+02:002016-08-25T23:29:47.681+02:00La noche oscura del alma<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgezVNeJy1_3Jf8u1jp-MmU3I3Y6OTdlyztMWB-uvtuvlLQzyDDIJELCH9wJuJo3yFCNQoBIaZD43RJ5kJpSUzJ6s7ySIBTbhLKOpUAQMWE4pa9qYPbVvH-eHHoLxzbZn4PEhGT7ZhzQy0/s1600/the_full_moon.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgezVNeJy1_3Jf8u1jp-MmU3I3Y6OTdlyztMWB-uvtuvlLQzyDDIJELCH9wJuJo3yFCNQoBIaZD43RJ5kJpSUzJ6s7ySIBTbhLKOpUAQMWE4pa9qYPbVvH-eHHoLxzbZn4PEhGT7ZhzQy0/s400/the_full_moon.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
Más real que el Coco y el Hombre del saco. Mucho más terrorífica. Una experiencia que, definitivamente, te cambia la existencia. Te secuestra como lo harían ellos. O, por lo menos se lleva una parte de ti. Y lo mejor de todo es que después de todo el terror, la oscuridad y el helor en tu pecho... Después de todo eso, amanece. Y puedes ver la luz de un nuevo día, de una nueva era. Tu luz.<br />
<br />
<br />Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-31346952291813637632016-08-24T11:41:00.001+02:002016-08-24T11:41:07.233+02:00Back on TrackPorque hasta el hastío se hastía de sí mismo si no tiene piernas para salir corriendo de su sombra. Porque los brazaletes oxidados terminan oxidando el alma y el aire que respiro. Porque las visitas a la herrería son más útiles que la escritura para romper las cadenas que me atan al pasado.<br />
<br />
Por esto y porque no quiero que las cenizas del ayer ensucien los prados aún yermos del hoy y del mañana. Por esto y por mucho más, hoy decido girar la vista. Decido mirar con atención lo que dejo atrás, pero sólo para que los pasos andados sean la guía de los que me quedan por andar.<br />
<br />
<i><span style="color: #0b5394; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="background-color: white; line-height: 16px;">Caminante, son tus huellas</span><br style="box-sizing: border-box; line-height: 16px;" /><span style="background-color: white; line-height: 16px;">el camino y nada más;</span><br style="box-sizing: border-box; line-height: 16px;" /><span style="background-color: white; line-height: 16px;">Caminante, no hay camino,</span><br style="box-sizing: border-box; line-height: 16px;" /><span style="background-color: white; line-height: 16px;">se hace camino al andar.</span><br style="box-sizing: border-box; line-height: 16px;" /><span style="background-color: white; line-height: 16px;">Al andar se hace el camino,</span><br style="box-sizing: border-box; line-height: 16px;" /><span style="background-color: white; line-height: 16px;">y al volver la vista atrás</span><br style="box-sizing: border-box; line-height: 16px;" /><span style="background-color: white; line-height: 16px;">se ve la senda que nunca</span><br style="box-sizing: border-box; line-height: 16px;" /><span style="background-color: white; line-height: 16px;">se ha de volver a pisar.</span><br style="box-sizing: border-box; line-height: 16px;" /><span style="background-color: white; line-height: 16px;">Caminante no hay camino</span><br style="box-sizing: border-box; line-height: 16px;" /><span style="background-color: white; line-height: 16px;">sino estelas en la mar.</span></span></i><br />
<i><span style="color: #0b5394; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: x-small;"><span style="background-color: white; line-height: 16px;"><br /></span></span></i>
<span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: 16px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="color: #0b5394; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: x-small;"><i><br /></i></span></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSEMaD_GFP0A946D3VioT6ms3d82x3xsPngva9ZhrE0iEzr8Rm8hnXy-R6bSKmWrHiKpHxlSEu2T8V-5TdiFcAofPUrFV9OwIlJIeJad7P8kIopUxvQWXjITS6q6mX_U4KAHRMTpAepz8/s1600/7018277-heaven-path.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSEMaD_GFP0A946D3VioT6ms3d82x3xsPngva9ZhrE0iEzr8Rm8hnXy-R6bSKmWrHiKpHxlSEu2T8V-5TdiFcAofPUrFV9OwIlJIeJad7P8kIopUxvQWXjITS6q6mX_U4KAHRMTpAepz8/s320/7018277-heaven-path.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: 16px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="color: #0b5394; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: x-small;"><i><br style="box-sizing: border-box;" /></i></span></span>Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-15219213233642829382016-01-09T02:24:00.001+01:002016-01-09T02:25:44.620+01:00Adrenaline J*mpep<p dir="ltr">Ahora me gustaría decirte que siento esa adrenalina. Esa puta energía corriendo por mis venas. Animándome a devorar el mundo. El puto Rock'n'Roll, el Grunge del Nevermind y todo lo que sigue. Que me río de tu idea de formar una familia. Que no entiendo cómo se te puede pasar eso por la cabeza. Pero confieso que, si alguna vez tuviera hijos, querría que tuvieran esa efervescencia tuya corriendo por sus venas. </p>
Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-71000392813525546082015-11-06T19:11:00.001+01:002015-11-06T19:13:08.504+01:00Allí. <p dir="ltr">Allí, donde los niñatos ahora rodean la gran manzana. Allí solíamos hablar de botones secretos y de que habíamos nacido para triunfar en América. </p>
<p dir="ltr">Allí construíamos sueños, hacíamos promesas y decíamos adiós a nuestros miedos. Allí alargábamos los instantes como tantas veces antes habíamos hecho en tantos otros sitios. </p>
<p dir="ltr">Allí, donde los niñatos ahora lucen su nido vacío. Allí, donde los niñatos se conectan a la gran máquina de diálisis que los priva de oxígeno. Allí nosotros nutríamos nuestras entrañas de la más intensa vida que jamás pudimos y podremos nunca soñar. </p>
<p dir="ltr">https://youtu.be/6Ck6Hcg2cjk</p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4BPYUNwpCBNXbMRZKAjPFyVWVf-Tjnr3PTb2IuS215v02dj3QYubpPz0ZyGyQ0IzpKn6AYZk1iiqyRGTlw9AGiX79IkSmQHB_9P7NN-v-s5aZvG5galiQ5GkRyGdJ2bWSSR8SH6LCouY/s1600/img_7257.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"> <img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4BPYUNwpCBNXbMRZKAjPFyVWVf-Tjnr3PTb2IuS215v02dj3QYubpPz0ZyGyQ0IzpKn6AYZk1iiqyRGTlw9AGiX79IkSmQHB_9P7NN-v-s5aZvG5galiQ5GkRyGdJ2bWSSR8SH6LCouY/s640/img_7257.jpg"> </a> </div>Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-50592054908077983122015-08-08T22:55:00.000+02:002015-08-08T22:55:26.809+02:00Broken Soul<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS4XsEHiGGTVOqdY_TDhCej-CPfVDG3uW2vOkbxMkKYtCGbS01DWgx3Cdxzr-pbhnpetAcfsyo8MVuUFYdytpVxiEhGdB451_mqcp6qnJ-azerK8RcEnShDrC56EsHY1rLlt8RsJ6cL3o/s1600/IMG_20150808_224937.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS4XsEHiGGTVOqdY_TDhCej-CPfVDG3uW2vOkbxMkKYtCGbS01DWgx3Cdxzr-pbhnpetAcfsyo8MVuUFYdytpVxiEhGdB451_mqcp6qnJ-azerK8RcEnShDrC56EsHY1rLlt8RsJ6cL3o/s400/IMG_20150808_224937.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
Ojalá pudieras oírme ahora mientras canto. Sí, he compuesto un gran hit. Es una canción sobre L. Ya sabes, aquel que solías ser. De aquel que me enamore años atrás y que seguramente murió ahogado en tus entrañas. He decidido sacarlo todo. Me he vaciado en una hoja de papel. Nos he vaciado a los dos. Hasta que no ha quedado nada. Ahora todo está en ese pedazo de papel. Nunca creí poder hacerlo. Pero ahí están nuestras tres hojas. Lo que solíamos ser. Lo que fuimos una vez. Sólo los restos.<br />
<br />
Sé que ahora ya no te importa. Sé que te da igual todo. Desde que L y Alma murieron para ti, lo que me pasa por la cabeza te resulta tan irrisorio... Pero no pasa nada. Yo reconozco que intenté salvarlos. A los dos. Lo intenté a toda costa. Sobre todo a L. Porque Alma no podía existir sin L. Pero lo tomaste tan violentamente hacia tus adentros, que poco pude hacer. Yo intenté mantenerlo vivo en mis recuerdos. Pero ya no fue lo mismo. Sé que yo tampoco ayudé. Sé que te dejé solo y con algo tan grande que era más bien poco lo que podías hacer al respecto. Y entiendo tu decisión.<br />
<br />
Lo que me duele es que llevo un tiempo intentando matarte. Ha pasado tanto tiempo y has crecido tanto en mis recuerdos que empiezas a ocupar un espacio desmesurado. Y siento repetirlo, pero he intentado matarte una y otra vez. Bueno, lo que quedaba de ti. Lo he probado todo. El famoso odio, un viaje al País de Nunca Jamás para ver si te quedabas, y lo peor, la liberación. Digo lo peor porque, sorprendentemente, mientras más intentaba liberarte, más querías quedarte. Bueno, repito, no tú, lo que quedaba de ti, de L.<br />
<br />
Y es por esa razón que he agotado mi único recurso. Ya que no puedo matarte, ni ahogarte, ni liberarte, por lo menos he conseguido sacarte de mí. Seguirás ahí. Y cada vez que cante la canción, volverás a nacer. Pero ya no estás dentro. Y ojalá pudieras oírme ahora mientras me desgarro. Mientras las lágrimas recorren mis mejillas, porque siento el dolor en lo que queda de mi Alma rota al notar cómo sales. Porque dueles. Ojalá pudieras verme, mirarme firmemente y decirme que todo se fue y que ya no guardas nada. Porque si lo hicieras, si me miraras y me dijeras, con el corazón en la mano, que ya no queda nada, ni una sola ceniza de la que renacer... Sería mucho más fácil.<br />
<br />Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-7718463710588588282015-08-01T02:20:00.001+02:002015-08-01T02:20:12.835+02:00Beautifully Blue Moon Crafted Night<p dir="ltr">No sé si son tus besos, o el Drambuie que me sube.</p>
Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-51226800451621255462014-12-16T11:36:00.001+01:002014-12-16T11:36:44.556+01:00Visualizaciones<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3Brc8J2f1zVn4zXjHbRWY8SZEjAYHRY23soPS8XU_hkUvSHinDa9GGquyriSKHcq10tzZxAXx7k5HsBOz2zDYj3ycDgszkkO_klgucXJx5vXagG0wXgOaaYoVAglOz53eCY7FWcp2q6g/s1600/657606-karate-kid.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3Brc8J2f1zVn4zXjHbRWY8SZEjAYHRY23soPS8XU_hkUvSHinDa9GGquyriSKHcq10tzZxAXx7k5HsBOz2zDYj3ycDgszkkO_klgucXJx5vXagG0wXgOaaYoVAglOz53eCY7FWcp2q6g/s1600/657606-karate-kid.jpg" height="180" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
Recuerdo que, cuando era pequeña, solía tener pequeñas visualizaciones. No sé muy bien de dónde venían, pero sé que salían de lo más dentro de mí. Aparecían de golpe. Al principio, yo me sentía extrañada, porque no comprendía nada de lo que estaba viendo, ni qué relación tenía.<br />
<br />
En realidad, miento. No me cuestionaba nada como hago ahora. Era niña y simplemente lo dejaba fluir. Ya casi no recuerdo lo que es eso. Pero sí que recuerdo que me encantaba que aparecieran. Y también que hacía todos los esfuerzos por maximizarlas, por alargarlas y darles más vida y recordar todo cuanto podía.<br />
<br />
Estaba aquella del lago. Yo veía (e incluso era) una mujer joven, de unos treinta años. Estaba en aquella edad perfecta en la que seguía siendo joven, pero gozaba de una madurez y una experiencia que la hacían inevitablemente atractiva. Tenía clase. Y lo digo porque, aunque vestía unas piezas de ropa sencillas, lucía como una artista. No recuerdo si era un vestido o unos pantalones bombachos de lino. Sé que eran blancos o de color crema. Lo que sí que recuerdo es su sombrero. Uno de esos sombreros de paja tipo pamela. También blanco, por supuesto. Ella tenía el pelo castaño con reflejos caoba y rizado. Y sonreía cual anuncio de crema profident. Se hallaba sentada en la orilla del lago, junto a los juncos. El lago era enorme y alimentaba a cientos de flamencos. Era el atardecer de uno de esos primeros días de primavera. El sol pegaba fuerte y ella se refugiaba debajo de su sombrero. Pero seguía sonriendo, como si sonriera a la vida y diera las gracias por todo aquello que le había dado la oportunidad de vivir. Estaba relajada, disfrutando del momento. Respiraba aquel aire todavía fresco e inhalaba vida. Y era curioso, porque mientras más la visualizaba, más en paz me hallaba yo. Incluso, en ocasiones, sentí que esa persona era yo misma en un futuro, por aquel entonces, lejano.<br />
<br />
En otra ocasión, lo que visualizaba era aquel piso. Estaba a oscuras porque era de noche, pero podía ver aquellas escaleras de mármol y la pared cristalera. La lámpara negra de mesita encendida. Y aquellos cuadros de mujeres con sombreros que tan estilosos eran entonces. El teléfono rojo de rueda. Me suena que en algún momento también visualicé el baño. Con una bañera grande y baldosas negras y acabados dorados por todas partes. Recuerdo ese ambiente rococó chic de los ochenta impregnando aquella casa. Esa sensación de arte sobrecargado y, al mismo tiempo, de glamour. Supongo que a fin de cuentas, parte de la esencia de esos ochenta.<br />
No recuerdo mucho más ahora, pero sé que aquel piso debía ser de alguna persona del mundo del arte. Recuerdo la escalera, corta, de apenas cuatro o cinco peldaños. Parecía un apartamento de bien. Seguramente vivía alguien con mucho estilo y elegancia. Y esa sensación de importancia, de sentirse importante por el mero hecho de encontrarse allí.<br />
<br />
Luego hay microvisualizaciones. Aquellas que se focalizan en un único elemento o que duran poco tiempo. Pero son igualmente intensas.<br />
<br />
Estaba aquella de la casa con la cocina de madera. La típica cocina con los muebles de madera. Esa cocina grande y entrañable donde uno siempre se siente en casa. El lugar de reunión familiar. Y alguien cocinando. Creo que carne asada. O un pastel de carne. Una mujer adulta. Pero cambiante. A veces cuarenta, a veces cincuenta, a veces sesenta. Pero lo que recuerdo era la tranquilidad que sentía cuando visualizaba todo aquello. El calor del hogar. El sentimiento familiar. Aquello de pertenecer a un hogar. Supongo que todo aquello que esas series ochenteras y noventeras querían vendernos.<br />
<br />
Y luego, ya de más mayor, poco antes de dejar de visualizar, aquella sala de ensayo. Recuerdo las paredes rojas. Y era muy amplia. Aquella sala me daba un sentimiento de Nirvana, de "Smells Like Teen Spirit". Ese nihilismo adolescente mezclado con esas ganas de comerse el mundo. Los adolescentes son contradictorios hasta para eso. Bueno, el caso es que no recuerdo mucho más, pero recuerdo que en aquella sala de ensayo salían cientos de hits. Y las productoras llamaban constantemente para que siguiéramos enviando un temazo tras otro. La guarida de la inspiración, le hubiera llamado yo. Muy sexo, drogas y R'n'R. Claro que por aquel entonces, no había drogas. Pero sí recuerdo humo de tabaco. Y muuuuuucha inspiración.<br />
<br />
Me parece tremendamente curioso que ahora, tantos años después, caiga en la magia de aquellas visualizaciones. Descubrí hace pocos años que el cerebro es capaz de experimentar situaciones sin estarlas viviendo. Sólo con imaginarlas. Pero el cerebro produce la misma sensación que uno tendría al estar viviéndola de verdad. Y coño, ahora que lo recuerdo es completamente cierto. También estaba aquella visualización en el baño de la primera casa que tuvimos. La bañera tenía aquella mampara de obra, y al ducharte quedabas completamente aislado. Y yo recuerdo, masoca de mí, que me visualizaba en pleno naufragio, rodeada de tiburones, mientras caía el agua fría de la ducha. Y... ¡Qué miedo pasaba!<br />
<br />
Recuerdo que mi madre solía abroncarme por estar "imaginando" a todas horas. Decía que tenía la cabeza siempre en mil sitios. Ahora lo pienso y creo que es de las cosas más bonitas que podía hacer de pequeña. Una pena que, como casi siempre, decidiera creer que los adultos SIEMPRE tienen la razón. Porque "imaginar", como decía ella, era la cosa MÁS MOLONA del mundo entero.<br />
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<a href="http://youtu.be/em30XL9c5NQ">http://youtu.be/em30XL9c5NQ</a><br />
<br />Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-23237693990086748912014-12-12T23:46:00.002+01:002014-12-12T23:46:11.135+01:00Like a Drug<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://scontent-b-mad.xx.fbcdn.net/hphotos-xpa1/v/t1.0-9/10399336_1173829634843_1182969_n.jpg?oh=efcd75a706a6303244af2362a7c72917&oe=55095FE5" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="332" src="https://scontent-b-mad.xx.fbcdn.net/hphotos-xpa1/v/t1.0-9/10399336_1173829634843_1182969_n.jpg?oh=efcd75a706a6303244af2362a7c72917&oe=55095FE5" width="400" /></a></div>
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Well, it is just like a drug. Even worse than horse. Even worse than batman.<br />
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Life is just a fucking drug.<br />
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And you can never quit it. Can you?<br />
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Sweet pain, life. Sweet pain o'mine,<br />
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<br />Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-1247676981936368872014-12-10T11:12:00.000+01:002014-12-10T11:12:34.349+01:00Sigue jugando.¿Sabes cuando tienes esa sensación de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado?<br />
<br />
Cuando percibes ese frío que te rodea. Y miras a tu alrededor. Y ves gente, pero no son personas.<br />
<br />
Cuando levantas la cabeza y te das cuenta de que ese sitio no es el tuyo. Que algo más grande tiene que estar esperando a la vuelta de la esquina.<br />
<br />
Pero nunca pareces acabar de girar del todo.<br />
<br />
Y sigues caminando. Porque por narices, tarde o temprano, o acabarás girando o morirás. Y aunque sabes que lo segundo es inevitable, prefieres seguir caminando. Porque, quizás, con un poco de suerte, consigues aquello que tanto ansiabas antes de morir. Y al fin y al cabo, de eso va la vida, ¿no?<br />
<br />
De seguir andando y, con un poco de suerte, toparte con esa esquina que cambiará tu vida si consigues girarla de una puta vez. Y luego, te mueres.<br />
<br />
Pero ha valido la pena,<br />
<br />
Y, si no lo consigues, pero eres lo suficientemente inteligente, igual hasta echas la vista atrás y te das cuenta de todo lo que aprendiste mientras intentabas lograrlo.<br />
<br />
Aquí el premio de consolación tampoco está tan mal, después de todo.<br />
<br />
¿Recuerdas aquel patético "Sigue jugando" de las papeletas de premios?<br />
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<br />
<br />
<br />Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-22589160074360183572014-10-18T11:02:00.001+02:002014-10-18T11:02:25.160+02:00Revenirse. Ese gran momento en el que te das cuenta de que la gente a tu alrededor empieza a hacer cosas. Se empieza a comer el mundo. Y tú has pasado tanto tiempo dedicándote a mirarlo desde todos los ángulos para saber por dónde atacar que así sigues: con los cubiertos en la mano, el hambre revenida y la cara de rape de pescadería, con la boca bien abierta, pero al final, nada de nada.<br />
<br />
Al final, acabas entre hielo y perejil. Congelado, congelado y con fundamento.<br />
<br />
Muévete un poco, ¿no?<br />
<br />
Al final el que se revendrá serás tú. ¿No crees?Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-67172716742984895442014-09-28T00:35:00.001+02:002014-09-28T00:35:23.274+02:0028° Amanecer: "Volver 2.0"<p dir="ltr">Mataría por tener una guitarra ahora mismo.</p>
<p dir="ltr">Debe ser culpa de los aires londinenses, pero todo se repite de nuevo siete años después. </p>
<p dir="ltr">Los olores, los colores y los sabores son tan intensos... Vuelvo a percibir ese brillo, esa chispa. Hace frío y parece todo nuevo. Voy a empezar una gran etapa. Esta vez no es la universidad, eso seguro. Pero del resto no sé nada. </p>
<p dir="ltr">A veces me acuerdo de L. De hecho, todo esto siempre me recuerda a L. Y viene a mí la sensación de que todo es posible, de que sólo tengo que soñarlo y el resto vendrá solo. Y esa frescura suya. Y las ganas locas de soñar y comerse el mundo. Supongo que al final lo logré, me quedé con lo mejor de ti. Y aunque algunos digan que eso ya no existe, o incluso tú digas que has cambiado, creo que en realidad te lo robé por tantos años, que todos lo dieron por perdido. Incluso tú. </p>
<p dir="ltr">Soy egoísta porque me gusta quedarme con lo bueno de la gente. Y volver. Volver a ello siempre que la magia lo permite. Siempre que esta montaña rusa nos deja. Y aunque tú ya no seas tú y yo ya no sea yo, sigo sintiendo esa emoción, ese viento de cambios que en su momento fue un Oasis. No tengo ni idea de qué será esta vez. </p>
<p dir="ltr">¿Quizás una Dama de Hierro? </p>
<p dir="ltr">Siento esa puta efervescencia correr otra vez por mis venas como ácido. Siento ese escalofrío. Me siento demasiado viva. </p>
<p dir="ltr">Dicen que segundas partes nunca fueron buenas. Yo digo que nunca rechazaría una segunda oportunidad como esta, por muy a la altura del betún que quede al lado de la primera. Porque con un 1% ardo. Con tan solo un 1% habrá valido la pena. </p>
<p dir="ltr">Joder... ¡Quiero quemarme!</p>
Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-19709651689222733592014-08-22T19:23:00.001+02:002014-08-22T19:23:15.587+02:0027º Amanecer "Em"<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0AhtdKlOWWmcuGB81V840O4sNqjYGWw8Njc9I8LXxI5-OZFfjv_AfG7WJGjh4ZnuYISE7ctlGr2BNYRjyDJg4jqQ983V_myz3uvEujEP3tAZuuiOD_2RzjE1OSCnM7OaJwEqAOpN164t7/s1600/escribir-libro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0AhtdKlOWWmcuGB81V840O4sNqjYGWw8Njc9I8LXxI5-OZFfjv_AfG7WJGjh4ZnuYISE7ctlGr2BNYRjyDJg4jqQ983V_myz3uvEujEP3tAZuuiOD_2RzjE1OSCnM7OaJwEqAOpN164t7/s1600/escribir-libro.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
Hablar por no callar y escribir por no borrar. Pues vaya rollo. Cuando uno tendría tantas ganas de contar tantas cosas y no puede. Sólo escribe por escribir. Por rellenar los huecos de la temida página en blanco. Igual que el vacío del silencio.<br />
<br />
Y qué juguetona es la inspiración, la lucidez, y el humo que va y viene de tantos cigarros encendidos y consumidos sin cumplir su propósito. Y esos días de hastío, de nubes grises y de chirimiri intermitente.<br />
<br />
Y qué impredecible la música, que tanto proporciona un día y tanto quita al otro. Y la vida del artista. Del escritor, del músico, del pintor. Esas ráfagas de vida que vienen y van, como el humo del siguiente cigarro que tampoco cumple su propósito.<br />
<br />
Quizás podría convertir todo esto en una canción y quién sabe. Una vez más, esa magia de la música, de volver bello todo aquello cotidiano, pero humano.<br />
<br />
El humo de un tercer cigarro. Va y viene, lento, contoneándose. Como mi cerebro. Igual debería escribir en inglés. <i>Brain</i> siempre me sonó mejor que cerebro.<br />
<br />
Hoy mi mente trabaja en mi menor. Como Warm Shadow, creo.<br />
<br />Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-53294478902022692922014-07-28T23:37:00.001+02:002014-07-28T23:37:39.463+02:0026º Amanecer. "Reflexiones de una noche de verano"<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1OPrla5PYeVh4NDOYUex9KSQrKq24PFrMVctdOCQBIY-NuKCOSzlFbfWVVJozO6DNIqsXTm580zI83jvGSEHcpD952GJtlnzW6Iz3LCtJDQ-lfNRoRgY8y3uN04LANd1G8TOEQs8c6LI/s1600/gty_jimi_hendrix_up_close_portrait_blog_bw_thg_121120_wblog.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1OPrla5PYeVh4NDOYUex9KSQrKq24PFrMVctdOCQBIY-NuKCOSzlFbfWVVJozO6DNIqsXTm580zI83jvGSEHcpD952GJtlnzW6Iz3LCtJDQ-lfNRoRgY8y3uN04LANd1G8TOEQs8c6LI/s1600/gty_jimi_hendrix_up_close_portrait_blog_bw_thg_121120_wblog.jpg" height="320" width="272" /></a></div>
<br />
<br />
No sé si es que Eddie Vedder convierte en oro todo lo que toca. Y nunca mejor dicho. Cuando escucho su "I Believe in Miracles" y lo comparo con el de los Ramones, me doy cuenta de cuántas dimensiones puede tener un mismo tema. Cuántas interpretaciones. Cuántos matices.<br />
<br />
Mientras los Ramones casi escupen con rudeza su tan deseado milagro, probablemente en un antro infernal, Pearl Jam mece con tanto cariño el suyo que, irónicamente, consigue que me sienta más cerca del nirvana que nunca.<br />
<br />
Todo tiene su momento y su tacto. Pero hoy los Ramones se me hacen ásperos.<br />
<br />
Me sucede todo lo contrario con Jimi y su "All Along The Watchtower".<br />
<br />
Bob, mi querido y amado Bob, a quien tanto admiro y envidio por su talento, hoy cojea. No da la talla ni por asomo. Hasta su armónica tiene más vida que su voz. No sé si tomó alguna sustancia antes de grabar el tema, pero si así fue, debió haberle pedido consejo a Jimi antes. Lo que él tomó, no sé si por veteranía o por calidad del material, le sentó cien veces mejor.<br />
<br />
Bob, sin embargo sigue siendo más poeta que músico, por lo menos para mí, y los cimientos de esa torre de vigilancia son firmes y bellos. Solo que en su canción acaban casi en ruinas. Creo que al final es él mismo el que acaba construyendo un castillo made in IKEA sobre lo que podía haber sido el palacio de los palacios.<br />
<br />
Bob, mi querido y amado Bob, qué suerte tuviste de que Jimi pasara por allí y fuera un gran arquitecto musical. Consiguió sacar al fénix de tus cenizas y hacerlo volar. Y junto a él, a tantos de nosotros.<br />
<br />
No sé si es porque es verano, porque hace calor y llueve. Pero él siempre salva mis noches. Y entonces, mientras lo escucho, las palabras de Bob cobran vida con fuerza. Pienso en que sí, que tiene que haber una salida por algún lado. Solo que quizás no era tan obvia. Quizás no se hallaba tras los carteles de salida de emergencia. O quizás no fuera ésa la salida que buscaba. Quizás es momento de probar cosas nuevas, de seguir buscando. Quizás no es éste mi destino y ya se acerque la hora de mirar más allá. De buscar otra dimensión, otra interpretación, otro matiz.<br />
<br />
Quizás siempre ha estado ahí de algún modo. Quizás todos tengamos la habilidad alquímica de la que goza Eddie y simplemente no nos hayamos dado cuenta. Porque, ya se sabe, a veces pasa. Uno se quita las gafas y luego no recuerda dónde las ha dejado. Y, por un momento, se siente indefenso, se siente completamente inútil. El mundo es extraño y borroso. Es imposible ver con claridad. Se frustra, se vuelve loco y rebusca por todos los lugares habidos y por haber. Pero, coño, las gafas siguen ahí, en el sitio más obvio del mundo. Tan obvio que ni lo considera. A veces, incluso, uno las sigue llevando puestas por error. Y erre que erre con que las gafas se desintegraron, como si nunca antes hubiesen estado ahí.<br />
<br />
Pero están. El mundo no es lo suficientemente grande como para perder unas gafas. Ni tampoco un sueño. Ni hay tanta oscuridad como para no encontrar una luz, por pequeña que sea.<br />
<br />
<br />Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-55553327809842701642014-05-11T19:41:00.004+02:002014-05-30T01:06:54.480+02:0025º Amanecer. "El alimento de la vida" <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://fbcdn-sphotos-f-a.akamaihd.net/hphotos-ak-xap1/t1.0-9/1962753_10204175482696221_7857877221929208901_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://fbcdn-sphotos-f-a.akamaihd.net/hphotos-ak-xap1/t1.0-9/1962753_10204175482696221_7857877221929208901_n.jpg" width="300" /></a></div>
<br />
Ahora me acuerdo de Kenny.<br />
<br />
Kenny es un precioso pastor alemán que debe rozar los quince años. Anda con la espalda curvada y a primera vista se le pueden contar todas y cada una de sus vértebras. El pobre ya apenas tiene fuerzas para levantar la patita, por lo que, cual cachorro, hace las necesidades casi sin avisar, donde puede.<br />
<br />
Conocí a su dueña hace unos meses, mientras lo paseaba por el parque. Yo andaba con mis dos "pequeños", que comparten parecido con Kenny y, como todos aquellos que tienen perro podrán imaginar, fue casi inevitable iniciar una conversación.<br />
<br />
"Kenny y yo hemos hecho tanto juntos...", empezaba ella. "A mí me encanta caminar, ¿sabes? Ahora porque ya está mayor, pero nos hemos dado unos paseos y unas excursiones... Solíamos ir de buena mañana a andar, a veces sin rumbo, y nos metíamos por la montaña. Hay unas rutas muy bonitas, hay caminos abiertos por la montaña y esas cosas, pero a mí siempre me ha gustado meterme campo a través. ¿Ves esa montaña de ahí donde está la antena gigante?", me decía señalando a lo lejos, "Poca gente lo sabe, pero si sigues por ahí, hay un poblado íbero. Y en la otra dirección hay un lago precioso. Mira, mira, por ahí".<br />
<br />
Supongo que pasó un buen rato hasta que conseguimos despegarnos. Kenny había orinado ya un par de veces y estaba jadeando en el suelo, cansado. Aquella mujer me había explicado las pequeñas aventuras de toda una vida. Pero le ponía tanta pasión a los momentos que había pasado junto a aquel animal que me enterneció. Sentí pena. Miraba a la criatura, que tanto había caminado, tanto había vivido. "Tendrías que haberlo conocido antes.", me decía la dueña. "Ahora ya está tan viejo que apenas damos un pequeño paseo y tenemos que volvernos a casa. Pero de joven tenía una energía y un carácter... Ahora ya está cansado el pobre, ¿verdad Kenny?", le hablaba al perro.<br />
<br />
Pensaba en eso una y otra vez. En lo triste que era compartir unos años de tu existencia con una criatura tan maravillosa y verla crecer y envejecer y consumirse. A un ser al que uno podía amar mucho más que a cualquier semejante. Y un día, tras el amanecer, descubrir que ya no estará ahí nunca más.<br />
<br />
Supongo que es inevitable. Igual que los preciosos recuerdos que, de vez en cuando, aletean por tu cabeza. Y esa sonrisilla que queda cuando te das cuenta de que sigue ahí dentro contigo, de que quizás esa criatura y su vida fueron, en su momento, el alimento de la tuya propia.Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-83542823246951365702013-04-14T13:54:00.000+02:002013-04-14T13:54:10.389+02:00Volver<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://fc04.deviantart.net/fs71/f/2013/012/a/c/sky_stock__head_land_belfast___by_sceptre63-d5r8nze.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="http://fc04.deviantart.net/fs71/f/2013/012/a/c/sky_stock__head_land_belfast___by_sceptre63-d5r8nze.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Sigo siendo de las que piensa que como las primeras veces no hay ninguna.<br />
<br />
Pero he de decir que hay segundas, terceras o quincuagésimas veces que las superan de largo.<br />
<br />
No sé si esta será una de ellas, pero tengo ganas.<br />
<br />
Ganas de volver. Volver a muchas cosas. Volver a muchos lugares.<br />
<br />
Volver a mi esencia.<br />
<br />
Después de todo, un pedazo, mucho más grande de lo que imaginaba, aún sigue allí. Perdido entre el BT7 1GZ y una buena pinta de música y literatura.<br />
<br />
Volver...<br />
<br />
¿Se puede capturar la magia de unos días y hacerla perdurar eternamente en tu interior?<br />
<br />
Quiero comprobarlo.Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-23489718708067076752012-10-20T00:48:00.001+02:002012-10-20T00:48:46.426+02:0024º Amanecer. "Grunge"<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://www.paellasola.com/wp-content/uploads/2012/06/MUJER.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="246" src="http://www.paellasola.com/wp-content/uploads/2012/06/MUJER.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
La melancolía de aquellas notas la perforaba. Pero adoraba esa oscuridad. Adoraba volar en ella, sumergirse en toda aquella esencia taciturna, hacerle el amor. Suciamente.<br />
<br />
A pesar de saber que, en cierto modo, se hallaba atrapada, se sentía completamente libre. Sólo entonces podía volar. ¿De qué otro modo se podía concebir el alma de la libertad si uno no estaba encarcelado?<br />
<br />
Entonces se dejaba llevar, extasiada. Abandonaba su cuerpo inerte y se elevaba. Todo estaba permitido. Todo valía. Todo era bello y eterno. Todo funcionaba.<br />
<br />
Todo su ser, lejos de cualquier dimensión, se evaporaba. Fluía. Ya no sentía absolutamente nada.Y lo sentía todo.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<br />Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-64525490736143255642012-10-10T18:19:00.000+02:002012-10-10T18:19:05.273+02:0023º Amanecer: "La Masturbación o el arte de conseguir una sonrisa":)Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-35431772313906845382012-09-17T02:06:00.000+02:002012-09-17T02:15:19.975+02:0022º Amanecer. "La meta".<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://www.muralesyvinilos.com/murales/tierra_sol_25956727_xxl.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="244" src="http://www.muralesyvinilos.com/murales/tierra_sol_25956727_xxl.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Cuando hay tantas cosas que no encajan, tantas cosas que no tienen sentido alguno, y sin embargo, suceden igualmente, cuando hay tantas sensaciones extrañas, de esas que penetran en el cuerpo, la mente y el alma y contaminan todo el ser, cuando mire donde mire, sólo parece haber gris y todo gira en espirales...<br />
<br />
En esos momentos en los que no alcanzo a comprender qué está sucediendo y me siento ajena a todos y a todo. En esos momentos en los que aparecen oquedades en las entrañas y el tiempo no parece querer detenerse de su frenesí. En esos momentos en los que vuelve Emily y su poema <i>Pain has an element of blank</i>...<br />
<br />
Mientras sólo suena Rocky Votolato o los Red Hot...<br />
<br />
Entonces recuerdo ese momento.<br />
<br />
Llovía. Fumaba un cigarro tras otro. La noche era oscura y hacía frío. Y estaba sola. Echaba de menos, pero de un modo que nunca había experimentado antes. Me sentía en paz. Sin saber cómo. Había dejado la melancolía atrás y las ideas fluían con rapidez y efervescencia. No lo dudé. Tomé una de las postales de la mochila y el bolígrafo. Y empecé a escribir...<br />
<br />
Hacía tanto que no escribía... Y no entendía por qué, pero ni si quiera tenía tiempo a cuestionarlo. Las palabras se plasmaban una tras otra, con intensidad, en aquella postal. Pronto necesité otra. Encendí un cigarro y seguí escribiendo. ¿Qué narices se activó en mí aquella noche?<br />
<br />
Una vez acabé de escribir el último rincón de la parte derecha inferior de la segunda postal, paré. En seco. Tenía la primera canción que había compuesto en mucho tiempo. Quizás tres años. Miraba sorprendida los garabatos. Había tardado tres malditos años en sacar algo así. De hecho, no recuerdo haber escrito algo con tanta fluidez en mi vida. Pero ahí estaba, en mis manos.<br />
<br />
Pasaron un par de horas antes de que alguien llegara. Reconozco que hubo un momento en el que el frío me invadió y empecé a sentirme extraña. Pero pronto aquello pasó. Todo pasa.<br />
<br />
Olvidé unos días aquella letra. La mantenía bien colocada en el atril, con la parte escrita mirando hacia mí. Por aquello de que nunca se sabe. Un día, sentí unas ganas increíbles de tocar y me senté al borde de la cama, mirando aquellas postales. Pronto recuperé una pequeña melodía que tenía guardada desde hacía años. Estaba virgen aún, como si, por alguna extraña razón, no hubiera existido letra suficientemente buena para usarla. Como si yo, inconscientemente, estuviera esperando al momento apropiado.<br />
<br />
Aquel era el momento apropiado. Lo digo porque, sin saber cómo, en menos de media hora la tenía toda ligada y grabada. O, por lo menos, un primer proyecto. Decidí enviársela a Laura sin dudarlo. Estaba completamente segura. Como no lo había estado nunca antes. Supe que debía enviársela y hacer que ella la cantara. Tenía el presentimiento de que aquello que había enviado, pronto se convertiría en algo grande. Yo me sentía grande.<br />
<br />
Laura tardó varios días en escucharla, pero no le di importancia. Me sentía completamente tranquila al saber que aquel gran éxito saldría a la luz tarde o temprano. Me comentó que le gustaba y que le parecía buena, sin mucho énfasis. No me molestó. Incluso los genios como Laura a veces tardan en darse cuenta de lo que puede comportar un tema así en el mundo.<br />
<br />
Algunos días después, me envió un mensaje que me desalentó por completo. Aquella canción le recordaba a otra, que había sido todo un top hit de los años noventa y que conocía a la perfección. No acabé de encontrarle similitudes en mi cabeza, por más que me lo propuse, pero aquello me dejó sin energías. Después de todo, un genio es un genio. Y yo nunca lo fui.<br />
<br />
Aunque me comentó que trabajaríamos en ello y miraríamos qué podíamos hacer, decidí olvidar la canción y cantarla en mis adentros, donde todavía seguía siendo todo un himno. Sin embargo, pasaban los días y no podía quitarme esa melodía de la cabeza. Se había convertido en algo tan significativo para mí, en algo tan jodidamente enorme, que sentía que en cualquier momento se iba a acabar expandiendo, hasta colapsar todo mi ser. A modo de válvula de escape, seguía tocándola en la intimidad, para hacerlo más llevadero.<br />
<br />
Necesité hablar con Laura varias veces sobre el tema. Un día, la llevé a la sala, y le pedí que, por favor lo intentara. Entonces, antes de empezar, me pidió que tocara la melodía. Y empezó a cantar el hit noventero sobre ella. Sí, tenía un aire. Pero nada que ver con lo que había imaginado. Qué imbécil había sido, ocurre con tantas canciones... El noventa por ciento de las canciones que escuchamos hoy en día tienen los mismos cuatro acordes: Sol, Do, Re y Mim. No era tan difícil que mi melodía encajara con aquella canción. Muchas lo harán, seguro.<br />
<br />
Entonces le enseñé lo que yo tenía. E intentó hacerlo. Pero le resultó difícil. Y yo, que me había despojado de toda preocupación, no sentí angustia alguna. Sabía que le iba a costar hacerla suya. Después de tres años sin cantar otra composición que no fuera exclusivamente suya, era de esperar. Pero ahí volvía a estar yo, mis letras, mi música. Y su voz.<br />
<br />
La sesión no fue muy productiva, pero obtuve una valiosa lección: El mayor fracaso es no llegar a hacer algo por miedo a fracasar.<br />
<br />
Y así es como, en el último ensayo, una vez acabamos todos, antes de que nadie pudiera recoger, sin decir nada, comencé a tocar. Ni si quiera pensé en lo que estaba haciendo, pero allí estaba mi gran éxito. Creo que el bajista lo percibió, porque a los segundos, le había sacado la base a la perfección. Me sorprendí muchísimo al escucharnos a los dos tocar aquel tema, y ver que había encajado completamente la idea. Me preguntó qué era aquello y le respondí que era una canción que había compuesto. Quise enseñársela del todo. Pronto tomé el micro. Me dispuse a cantarla, aunque estuviera un par de tonos por encima del mío.<br />
<br />
Curioso era que, en la grabación que había enviado, la voz era un silbido. Había intentado cantarla un par de veces, pero era demasiado aguda para mí y no existía forma de llegar. Y, loca de mí, allí estaba, frente al micrófono, dispuesta a entregarme a cada nota. Sin que la duda de llegar o no al tono existiera en mi cabeza. Es que, de hecho, no existía la posibilidad de fallar. Aquella canción iba a brotar de mis cuerdas vocales del mismo modo que lo hizo de mi alma aquella fría noche de Agosto.<br />
<br />
Y arrimando mis labios al micrófono, sin dejar de tocar, empecé a cantar.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<i>"I'm sitting here, on the rain,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>smoking all alone my cigarette..."</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: left;">
Joder. ¿Esa era mi voz? No podía ser cierto. Mi cuerpo se estremeció. Pero seguí cantando.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<i>"Thinkin 'bout all these stupid things of life..."</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: left;">
¿Cómo coño lo estaba haciendo? Aquella no podía ser yo. La canción no estaba hecha para mi voz, para mi tono, para mí.... No podía ser real. Y, no obstante, no podía dejar de tocarla. Seguí cantando cada una de las líneas hasta llegar al punto de inflexión, en el que todavía a día de hoy, no tengo decidido cómo acabar.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
De pronto, el otro guitarrista, después de haber estado observando con curiosidad, empezó a tocarla, y yo me sentí suficientemente libre como para poder cantarla otra vez, con toda disposición. Y mi voz volvió a brotar con fuerza. Y volví a llegar a cada una de aquellas notas agudas.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Ahora, ambos me preguntaban, curiosos, los detalles sobre las partes. Querían aprenderla. No podía creerlo. Tres años en el grupo, y después de un pequeño rechazo hacia una canción que había compuesto en los inicios, no había vuelto a traer nada más. Y ellos estaban ahí, atentos a cada una de mis simples explicaciones, para poder tocarla. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
-Es buena. -dijo el guitarrista. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Yo, a pesar de haber tenido el presentimiento de que el tema iba a causar furor allá donde fuera, me sentía tan sorprendida de cómo habían acontecido los hechos, que no lograba creérmelo.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
-Joder, si una canción es buena es buena. -repitió. - Y esta lo es. De verdad.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Lo miraba a los ojos. Afirmaba con seguridad. El mero hecho de haber tomado su guitarra, en vez de guardarla y, por primera vez, emular lo que estaba oyendo, ya dijo bastante. Pero yo seguía en éxtasis.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Pedí a Laura que la cantara. Se negó con cariño. Su voz estaba agotada. Pero, realmente, no hizo falta. Volví a entonarla una y otra vez hasta que fue hora de marchar. Y me empezaba a odiar por ello, porque sonaba tan increíblemente bien... Por un momento hasta dudé de si debía cantarla ella. Aquel pedazo de mi alma brotaba por cada poro de mi cuerpo. Y conseguí vaciar mis entrañas, lentamente, con eficacia, hasta que quedé completamente en blanco. La sala estaba impregnada de mi esencia. Un pedazo de mí se había quedado en aquellas cuerdas de bajo y de guitarra. El micrófono había absorbido una parte de mi ser.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Y me fui. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Lo tengo claro. Va a llegar lejos. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Vamos a llegar lejos.</div>
Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-68980260247233304922012-09-07T13:20:00.000+02:002012-09-07T16:20:05.975+02:0021º Amanecer. "El Manifiesto".¿Sabes? Existe cantidad de gente que ha perdido el brillo en sus ojos. En todos lados, a todas horas. Han dejado de sonreír. O, peor aún, su sonrisa transmite únicamente amargura.<br />
<br />
Las calles están llenas de cadáveres, de sombras grises vagando entre la masa. De sonámbulos con ojos abiertos, que operan sin libre albedrío, moviéndose a través de las horas de nuestros días. De seres que se levantan por la mañana y se acuestan por la noche. Y eso es todo. O a veces ni eso.<br />
<br />
Gente que ha olvidado el significado de la palabra "ilusión". Que desconoce el poder de un sueño, la importancia de los pequeños detalles, la magia del mero hecho que es existir.<br />
<br />
Todos y cada uno de nosotros somos obligados a abandonar el espíritu de ese niño que llevamos dentro, a medida que se forjan nuestros días y nuestros años. Todos somos obligados a vivir. Porque vivir es una responsabilidad. Y lo creemos a pies juntillas. Y saltamos al abismo sin dudarlo.<br />
<br />
Nos ciegan. Nos dejamos cegar. Drogamos a esa fiera interior, esa que de pequeños sacaba los berridos más estridentes cuando algo no salía bien. La drogamos. Y así, vivimos anestesiados. Dejando pasar un día tras otro. Levantándonos y preguntándonos qué cojones hay ahí que nos haga levantarnos. Por qué deberíamos hacerlo.<br />
<br />
Nos dejamos llevar. No sólo no vivimos nuestra vida. Acabamos intentando vivir vidas de otros. Porque alguien decidió meternos en la cabeza que es lo que ha de ser. Que es lo correcto. El modo <b>correcto </b>de vivir. Y dejamos de cuestionar. Y, peor aún, dejamos de cuestionarnos. Borramos nuestros valores y nuestros ideales, si es que alguna vez los llegamos a tener, y seguimos consumiendo droga. Al principio sólo un poco. Y luego, deseando morir de la sobredosis de la abundancia.<br />
<br />
Y, si en algún momento, hay un pequeño cortocircuito, y despertamos del letargo, se encargan de hacernos saber que podemos calmar esa ansiedad y esa impotencia con más droga. Acudimos a centros de ocio y compras. Esos son los pozos del olvido. El nuevo Edén. Ahí, uno puede encontrar todo lo que necesita. Y ser feliz. Y todos seguimos inyectándonos más dosis, aunque nuestras venas estén quedando deshechas.<br />
<br />
La vida es para trabajar. Producir. Consumir. Y los vacíos que puedan existir, siguen llenándose con materia. La vida es materia. La energía la ponemos nosotros.<br />
<br />
Y yo sigo viendo más y más cadáveres. Incluso, a veces, si se acercan demasiado, tengo la sensación de que algo pequeño muere en mí.<br />
<br />
Es irónico que exista el miedo a la muerte. Muchos de nosotros ya estamos muertos en vida. Y no sentimos ningún miedo, ni dolor. Ni si quiera lo percibimos. Nos suicidamos. Decidimos perder nuestra vida. ¿A cambio de qué?<br />
<br />
Naces y vives solo. Nadie recuerda tu nombre cuando ya no estás físicamente aquí. A veces ni si quiera lo hacen cuando estás. Te hacen creer que necesitas ser parte de algo para poder funcionar, cuando lo único que realmente necesitas es unir todas las partes de tu propio ser y hacerlas funcionar. El resto es la guinda del pastel.<br />
<br />
Dicen que el dinero mueve masas. Y te tatúan ese principio en el cerebro desde que naces. Dicen que el éxito es disponer de todo aquello agradable, deseable. Y te dan el listado. Y tú lo sigues a rajatabla, como si de la lista de la compra esencial se tratara. Pasas tu vida en el súper, comprando sueños y satisfacciones.<br />
<br />
Nos pasamos la vida llenando nuestro alrededor. Mientras nuestro interior se halla vacío. Nos sentimos solos rodeados de gente. Nos sentimos solos en nuestro propio cuerpo. Y acudimos al señor televisor. O al señor ordenador. O a otra serie de señores y señoras que, lejos de ayudarnos a encontrar las respuestas, nos dejan con más preguntas inútiles en nuestra cabeza.<br />
<br />
Olvidamos el significado de disfrutar. Porque acabamos por no saber hacerlo. Sólo queremos más. Más de todo, sea lo que sea. Y luego, una vez conseguimos tenerlo, no sentimos absolutamente nada.<br />
<br />
Y nuestro propósito en la vida queda enterrado.<br />
<br />
¿Recuerdas cuando eras niño y tenías muy claro que ibas a ser policía, o bombero, o profesor, o médico? Y luego creciste y supiste que en realidad lo que te gustaba igual tenía poco que ver con ello, pero habías encontrado un nuevo sueño. ¿Y ahora? ¿Dónde estás ahora?<br />
<br />
¿Lo abandonaste una vez encontraste un trabajo que te proporcionaba lo suficiente como para vivir lo que entonces considerabas una vida plena? ¿Y dónde queda ahora esa plenitud?<br />
<br />
Todos los seres humanos erramos. Nos hacen creer que equivocarse es un crimen. Tenemos que ser perfectos. Tenemos que ser el canon. Porque es lo que debe ser. No existen segundas oportunidades. Nunca podrás llegar a ser lo que quieres ser. Porque ni si quiera recuerdas qué era eso.<br />
<br />
Pero, sin embargo, ni si quiera eres capaz de llegar a ser lo que debes ser. Lo que se supone que es lo que has de ser. Ni si quiera te permiten llegar a eso, ni convertirlo en tu sueño. Siempre eres demasiado joven, demasiado viejo, demasiado alto, demasiado bajo, demasiado gordo, demasiado delgado, demasiado fuerte, demasiado débil, demasiado inexperto, demasiado competente.<br />
<br />
Hacen que la vida sea una de esas máquinas recreativas en las que, por más que lo intentes, por más que calcules bien los pasos y por más que te prepares, siempre acabas quedando demasiado lejos del objetivo. Nunca te llevas el premio. E inviertes todo tu esfuerzo, todo tu dinero. Y nada se mueve. Ni masas ni ostias.<br />
<br />
Y si por una de estas, vuelves a despertar del letargo, con energía y determinación, y deseas salir de esta enfermedad, estás fuera. Estás solo. Pero es totalmente irónico, si te lo paras a pensar. Estabas solo de todos modos. Dentro o fuera. Así que... Qué más te da.<br />
<br />
Nos hacen sentir que necesitamos la aprobación. De nuestra familia, de nuestros amigos, de nuestros jefes, de nuestra querida masa. Y nuestra propia aprobación queda siempre en un segundo plano. O en un tercero. O en el fondo de la nada.<br />
<br />
Y así es como, millones y millones de sombras grises siguen vagando por las calles. Igual disponen de una casa con jardín, piscina y perro. Igual tienen un trabajo envidiable y cobran cinco mil euros al mes. Igual tienen dos coches, un chalet en la sierra y todo el equipamiento necesario para disfrutar. Igual, hasta han construido una familia. Y quizás eso es lo más precioso que han podido hacer jamás. Y sin embargo, siguen vagando, grises, tristes. Vacíos. Levantándose, yendo hacia un lugar que, en el fondo, odian. Gastando todas sus horas y su energía en hacer algo en lo que no creen. Volviendo a casa en un flamante Mercedes, conduciéndolo a desgana, con ganas de llegar a la guarida y esconderse. Evitando todo contacto con el mundo, con su mundo. Huyendo de sus esposas, sus maridos, sus hijos. Huyendo de sus amigos. Huyendo de sus padres. Huyendo de sí mismos. Y llegan los fines de semana. Y los niños quieren saber quién es su progenitor. Y el progenitor sólo piensa en meterse en su chalet de la sierra y olvidarse de su trabajo, de su existencia, de sí mismo.<br />
<br />
Igual no disponen de casa con jardín y perro. Igual no tienen coche, ni han construido una familia. Igual no llegan ni a los treinta años. O ni si quiera a los veinte. Son sólo personas de a pié, a las que una vez su sueño fue negado. Y se pasan el día yendo a la universidad, o a la escuela, o al trabajo. Y vuelven a sus casas y el proceso es el mismo. Huyen. Desean desaparecer. A veces se quejan del mundo. A veces se quejan de la existencia y de la realidad. Y luego, una vez hecha la queja, vuelven a su agujero. A hibernar.<br />
<br />
Es irónico que sintamos miedo. Miedo al fracaso. A no llegar al canon. A sufrir. Miedo a no recibir aprobaciones y cariño. Y sobre todo, miedo a morir. Miedo a caer enfermos y morir. Oímos la palabra cáncer o SIDA y se nos estremece el cuerpo. Vemos la muerte. Y temblamos. Pero esas enfermedades no matan. La única enfermedad que mata es la indiferencia, la pasividad, la sumisión. La rendición.<br />
<br />
Y se propaga a la velocidad de la luz. Y todos somos extremadamente vulnerables al contagio.<br />
<br />
Yo me niego.<br />
<br />
_____________________________________________________________________<br />
<br />
Recuerdo estos días de verano. Los recordaré siempre.<br />
<br />
Vender entradas en una piscina de verano no es el trabajo de mi vida. Pero me ha enseñado algo muy valioso: tasar esos pequeños detalles cotidianos con el valor que realmente merecen.<br />
<br />
Este verano cobré unos setecientos y pico euros al mes. Pero me hice rica.<br />
<br />
Obtuve algo mucho más grande y valioso que todo aquello que se supone que hemos de alcanzar al final de nuestros días. Y en un sólo verano. Si consigo seguir trabajando en las pequeñas cosas cotidianas de mi vida, a este ritmo, cuando muera, sea cuando sea, me van a incinerar multimillonaria.<br />
<br />
No todo fueron glorias. También hubo momentos duros, como en todo trabajo. Pero, en esos días en los que deseaba no haberme levantado, en esos días en que todas esas pequeñas partes en mí no encajaban, aparecía él.<br />
<br />
Lo veía bajar corriendo la rampa, casi a punto de tropezar en cualquier paso. Apenas había salido del cochecito. Debía tener dos años. Pero se le veía aún prematuro para mantener demasiados pasos juntos. Él iba a su ritmo. Su padre lo seguía atrás, sujetando el cochecito con una mano y media. Digo y media porque el chico, que apenas pasaría los treinta años, carecía del antebrazo derecho. Y a continuación del codo, tenía un pequeño muñón que le llegaba a la altura del cochecito, rozando con algo de esfuerzo, su manillar.<br />
<br />
El chiquillo entraba loco, feliz, eufórico, porque iba a la piscina. Y saludaba sonriendo. Le brillaban los ojos. Se acercaba al mostrador y me soltaba un dulce: "¡Hola!". Esperaba al padre con ilusión, deseando que se apresurara lo máximo posible. Y ahí entraba, al cabo de pocos segundos, el buen hombre, con el cochecito a medio sujetar. Sonreía, saludaba, compraba su entrada, deseaba un buen día, y junto al pequeño, se dirigía con ilusión hacia la piscina.<br />
<br />
Un día, después de la carrera, se acercó al mostrador mientras bajaba su padre. Saludó y se me quedó mirando. Yo le sonreía y cuando estaba a punto de decirle alguna tontería para hacerlo reír, se acercó el padre. Me sonrió. "Va, pregúntaselo.", le dijo. Entonces el niño, con algo de timidez, me preguntó: ¿Cómo te llamas?<br />
<br />
Yo me quedé tan atónita que al principio no supe qué contestar. Aquel niño quería saber cómo me llamaba. En todos los meses que había estado ahí, nadie me había preguntado mi nombre. Excepto para reclamaciones, claro. Y ahí estaba aquel bicho, deseoso de saber mi nombre.<br />
<br />
Le pude responder por fin. "Me llamo Sara". El niño abrió los ojos contento.<br />
<br />
El padre compró la entrada y entonces, me dijo que el chiquillo sentía una ilusión enorme por saber mi nombre. Me quedé sin respiración y no supe qué contestar. Intenté preguntarle el nombre al niño. Pero todavía no articulaba del todo bien las palabras y yo me hallaba demasiado emocionada como para comprender algo. No pude entenderlo. Y una vez se marcharon, me sentí imbécil.<br />
<br />
Aquello fue peor que el suspenso de matemáticas con un 4.95 que tuve en cuarto de la ESO. También fue peor que el momento en el que se deshicieron de mí, con disimulo, de la academia en la que estuve trabajando unos meses. Fue mucho peor que el momento en el que esa persona, con la que creía estar empezando una relación llena de ilusiones y proyectos, me dejó, de la noche a la mañana. Fue increíblemente peor que el momento en el que aquella persona a la que llamaba "amigo" me hizo el vacío y dejó de querer saber nada de mí. Fue peor que saber que no voy a poderme pagar el conservatorio este año y voy a tener que dejar mis estudios oficiales de guitarra. Fue mucho, mucho, peor.<br />
<br />
Pasé los días siguientes esperándolo, con vergüenza a volverle a preguntar el nombre. Deseando que, en algún momento, alguien dijera su nombre y yo pudiera entenderlo. Y así poderle saludar del mismo modo que él hacía conmigo.<br />
<br />
La escena se repetía día tras día. El niño bajaba corriendo la rampa, entraba sonriente, ilusionado, con brillo en los ojos, y me decía con su voz dulce y aguda:<br />
<br />
"¡Hola Sara!"<br />
<br />
Y bajaba el padre, con el cochecito, a los pocos segundos. Pagaba su entrada, me sonreía, me deseaba un buen día y se iba con el pequeño, cruzando el pasillo hasta los vestuarios. Y allí me quedaba yo, con el corazón en el pecho, sin una palabra que saliera de mi boca, sintiéndome más y más imbécil.<br />
<br />
Hasta que un día, al salir de la piscina, el niño salió corriendo y vino a decirme adiós, sonriendo. Lo hacía igualmente todos los días, pero aquel en concreto, venía con más familiares. Y alguien dijo las palabras mágicas.<br />
<br />
"¡No corras, Ignasi!"<br />
<br />
Y yo sentí que me daba un vuelco al corazón. Por fin conocía el nombre del niño.<br />
<br />
"¡Adiós, Sara!"<br />
<br />
La misma persona que le había pedido que no corriera, entonces dijo con dulzura:<br />
<br />
"En casa, todos sabemos ya que te llamas Sara. Ignasi no para de repetirlo."<br />
<br />
Y tuve que contener las lágrimas, del mismo modo que hago ahora, para no soltar toda la emoción que guardaba en mis adentros. Sonreí como pude, entre escalofrío y escalofrío. Me armé de valor y dije:<br />
<br />
"Adiós Ignasi, hasta mañana."<br />
<br />
Y el crío, subió la rampa, mirando a cada segundo al mostrador, repitiendo como loco un "¡Adiós, Sara!" a cada paso que daba, obteniendo mi correspondiente "¡Adiós, Ignasi" como respuesta a cada uno de ellos. Hasta que perdió de vista el mostrador. Y yo lo perdí de vista en la rampa.<br />
<br />
Esto se repitió todos y cada uno de los días hasta que, unos días antes de que la temporada terminara, el padre y el crío, dejaron de venir. Y yo hubiera deseado darle el último "hasta mañana". O "hasta pronto". Porque sea como fuere, ese niño no se ha ido. Por lo menos, de mi corazón.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
***</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Y esta mañana me he despertado. Y he empezado a notar los primeros síntomas. Mi cuerpo se negaba a levantarse de la cama. Mi cabeza amanecía nublada y no sentía fuerzas para levantarme y hacer algo. No sabía qué debía hacer. Qué se suponía que iba a hacer para que tuviera sentido levantarse. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Finalmente, he conseguido levantarme e ir al baño. He vuelto al instante a la cama, mirando el reloj pasar.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Y de pronto, lo he oído. Alguien lo ha gritado. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
"¡Hola, Sara!"</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Y he abierto los ojos. Ignasi estaba ahí, al pie de la cama, sonriendo, mirándome con ilusión, con esos ojos brillando, rezumando vida. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Algo ha hecho click en mí entonces. Una especie de espasmo que me ha hecho levantarme. Dar un puto bote de la cama. Como una campeona. Y le he respondido, sonriendo: "¡¡Hola, Ignasi!!"</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Y nada ha cambiado en mi vida. Sigo teniendo unos pocos euros en la cuenta. Sigo sin trabajo, esperando el comienzo de las clases. Si es que llega. Pero me he vuelto a sentir rica. Y con ganas de sonreír. Hoy he vencido a la enfermedad.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Y sé que volverá a por mí. Volverá a por todos nosotros. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Pero cada vez que lo haga, sonreiré a Ignasi. Lo saludaré con cariño y empezaré mi día, conservando su sonrisa y su brillo en mi interior. Los haré míos. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
No pienso ceder. No pienso caer. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
No.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Yo me niego.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/Cy6iwP9Ux3A?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br /></div>
Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-35221669264881684652012-09-03T23:58:00.000+02:002012-09-04T01:13:48.573+02:0020º Amanecer. "La lista definitiva. O una parte de ella."<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfE_4_yhFeLzvLzKrQi9E6YTaS_9isGAq1ZpRXbt2yDmF4a1lzK00v_kfJwC0p7w2EvP1vtAwIK9tJ6fZ8y2SlsaxVqSA6NwlgZNheqRdvNpQPNkcPC5nzAXxUMS3MsZsy4fNUG_spzZ8/s1600/59807.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="210" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfE_4_yhFeLzvLzKrQi9E6YTaS_9isGAq1ZpRXbt2yDmF4a1lzK00v_kfJwC0p7w2EvP1vtAwIK9tJ6fZ8y2SlsaxVqSA6NwlgZNheqRdvNpQPNkcPC5nzAXxUMS3MsZsy4fNUG_spzZ8/s320/59807.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
Deshacer una cama perfectamente hecha.<br />
<br />
Tirarse a una piscina con ropa y saborear las décimas de segundo en que el agua penetra por el tejido y moja la piel.<br />
<br />
La cerveza de media mañana.<br />
<br />
Guiñar el ojo derecho y sonreír con picardía.<br />
<br />
El tacto del teclado del portátil.<br />
<br />
Vislumbrar la calle, al salir de la boca del metro, un sábado por la noche de fiesta.<br />
<br />
Las milésimas de segundo antes de un beso.<br />
<br />
El asfalto de las calles de Belfast.<br />
<br />
Quedarse embobado/a mirando la luna llena.<br />
<br />
El primer trago de Guinness.<br />
<br />
Pasear bajo el chirimiri sin paraguas.<br />
<br />
Escuchar una canción nueva y repetirla hasta la saciedad.<br />
<br />
El tacto de las cuerdas nuevas y brillantes.<br />
<br />
Beber una cerveza al cocinar.<br />
<br />
Ver niños jugando en un parque y escuchar sus risas.<br />
<br />
Sentarse en un banco a observar a la gente pasar e imaginarse a dónde van, de dónde vienen, qué clase de vida tienen y otro montón de preguntas sin sentido.<br />
<br />
La voz de Eddie Vedder desgarrándose. Especialmente en "Jeremy".<br />
<br />
Adentrarse en los ojos de la gente. Y perderse en ellos si tienen la puerta suficientemente abierta.<br />
<br />
La cerveza de verano en la terraza, al atardecer, con el cielo manchado de nubes.<br />
<br />
Sentarse en un banco de St. James Park en Londres y descubrir el sentido de la existencia.<br />
<br />
Fumarse un cigarro de noche, tumbado/a en la hierba, mirando las estrellas. O en la cubierta de un barco, si el sueldo lo permite.<br />
<br />
El calor de la chimenea del Kelly's Cellars en una noche de invierno.<br />
<br />
Las letras de Manolo García.<br />
<br />
El primer calo de un cigarro después de un trago de alcohol.<br />
<br />
Un abrazo de dos minutos.<br />
<br />
Meditar con Enya de fondo.<br />
<br />
Entrar a un bar y encontrar música en directo por casualidad. Y que toquen "Fast Car" de Tracy Chapman.<br />
<br />
Los susurros en la oreja.<br />
<br />
Observar la llama de una vela rodeado/a de oscuridad.<br />
<br />
Pasearse desnudo/a por casa.<br />
<br />
Darse una ducha con agua ardiendo, hasta que la piel quede roja.<br />
<br />
Las risas que pausan los besos y luego los hacen seguir con más intensidad.<br />
<br />
Escribir pensamientos absurdos y existenciales en cualquier lugar.<br />
<br />
Los acordes sus4, los menores y los de quinta.<br />
<br />
Escuchar "Ain't No Sunshine", "Nights of White Satin" y "Black Orpheus" de noche, en el cuarto, a oscuras.<br />
<br />
Los flashes de una discoteca que, por segundos, iluminan la acumulación de energía y vida en el aire.<br />
<br />
Asignar inconscientemente colores y olores a las cosas, situaciones, personas y momentos.<br />
<br />
La poesía de calle, como la de Kutxi Romero y Robe Iniesta. O la de Charles Bukowski.<br />
<br />
Desayunar la pizza de la cena del día anterior.<br />
<br />
Los bonsáis.<br />
<br />
La página en blanco de un documento de Word.<br />
<br />
El sonido melancólico del piano.<br />
<br />
Ver cómo la barra del "loading" llega a su fin.<br />
<br />
Colocarse sólo al escuchar "No Quarter" de Led Zeppelin.<br />
<br />
Leer o escuchar citas inspiradoras de cualquier persona.<br />
<br />
El acento musical de Belfast.<br />
<br />
Sonreír por cualquier gilipollez en medio de la gente y que nadie conozca el por qué.<br />
<br />
Las miradas y las sonrisas de complicidad.<br />
<br />
El escalofrío que produce una mano acariciando la piel desnuda.<br />
<br />
El color negro.<br />
<br />
El color blanco.<br />
<br />
Las pequeñas conversaciones con desconocidos que hacen sentir amarillo.<br />
<br />
El sexo sucio con pasión.<br />
<br />
Gritar hasta quedarse sin voz.<br />
<br />
Los segundos antes de que el llanto contenido rebose de repente.<br />
<br />
Las conversaciones de más de cinco horas sobre el todo y la nada.<br />
<br />
El primer "Te quiero".<br />
<br />
Las fotografías de la cotidianidad.<br />
<br />
El olor del incienso.<br />
<br />
Los segundos previos a un orgasmo.<br />
<br />
El símbolo de infinito.<br />
<br />
El tacto de una aguja, perforando la piel, al hacer un tatuaje.<br />
<br />
Salir a un escenario y ver una cara familiar debajo, sonriendo.<br />
<br />
Las púas.<br />
<br />
Los relojes de arena y las dunas.<br />
<br />
Hacer listas.<br />
<br />
Las epifanías.<br />
<br />
El cuero.<br />
<br />
El tacto de las manos de una persona mayor.<br />
<br />
Ver amanecer.<br />
<br />
Mantener una charla en el asiento trasero de coche, con las ventanillas bajadas.<br />
<br />
Pasear por un cementerio.<br />
<br />
Las sombras jugando en las paredes...Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-77095547810785033942012-08-29T22:51:00.001+02:002012-08-29T22:51:05.355+02:0019º Amanecer. "Camino al paraíso"<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQVNS0w0JqDNixS4AZ_otvobTqbZPxI5puzwEIQR3aDlrcL9oI_sj5ucNfA6Qpzan5kj01px0Ilc6MvHiEdTjLyB-YNJsNaQAIr2hooa-r2_biNK-9ch-Tk_TgicMreU24YmHM9OdcX2Jl/s400/principio+de+un+muelle.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQVNS0w0JqDNixS4AZ_otvobTqbZPxI5puzwEIQR3aDlrcL9oI_sj5ucNfA6Qpzan5kj01px0Ilc6MvHiEdTjLyB-YNJsNaQAIr2hooa-r2_biNK-9ch-Tk_TgicMreU24YmHM9OdcX2Jl/s320/principio+de+un+muelle.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
A veces, me siento orgullosa de poder mantener ese tenue silencio.<br /><br />Porque si dijera todo aquello que se desprende de mis entrañas, con el corazón en un puño, todo saldría volando fugazmente. Casi del mismo modo que llegó.<br />
<br />
La impaciencia nunca fue buena compañera. Pero, como todo en la vida, uno debe acabar aprendiendo a marcar límites.<br />
<br />
Sé que llegará el momento en el que lo haré. Como si me fuera a comer las estrellas una a una.<br />
<br />
Oh, paraíso...Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1397020528226661888.post-60075134541608842002012-08-26T23:59:00.000+02:002012-08-26T23:59:36.405+02:0018º Amanecer. "Vuelos"<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://musiaprendo.files.wordpress.com/2008/07/guitarra_electrica-92379.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="256" src="http://musiaprendo.files.wordpress.com/2008/07/guitarra_electrica-92379.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
En el comedor se respiraba el aire cargado. La única ventana que daba a la calle estaba abierta pero, a pesar de entrar una pequeña brisa fresca, había demasiada densidad en el ambiente y le costaba mantener la atención a la conversación.<br />
<br />
Como si de un espasmo se tratara, se levantó de pronto del sillón y se acercó al ordenador portátil, sintiendo el impulso de poner algo de música que pudiera distraer su mente por un rato. Escogió un album de Pearl Jam y se encendió un cigarro.<br />
<br />
La voz de Eddie Vedder empezó a penetrar en su cabeza y sintió que le crecían alas. Por unos segundos, empezó a sentirse despojada de toda sensación de ahogo en su vida y en aquel cuarto.<br />
<br />
-Yo suelo escuchar a Led Zeppelin cuando quiero volar. -dijo una voz.<br />
<br />
De pronto volvió al cuarto.<br />
<br />
-Sí, pero si te fijas los viajes son totalmente distintos.<br />
<br />
-Explícate. -Volvió la voz.<br />
<br />
Dio una calada a su cigarro y sacó lentamente el humo. Intentó ordenar las palabras en su cabeza. Le pareció que el cuarto empezaba a desvanecerse.<br />
<br />
-Pearl Jam es liberación. Es ira e inconformismo, pero también es paz. Pearl Jam es nubes y cielo abierto. Pero también es tormenta y oscuridad. Es éxtasis y revelación. Es la catarsis de nuestros días de existencia.<br />
<br />
-Comprendo...<br />
<br />
-Led Zeppelin es misticismo. Es abstracción y desintegración, pero también es el sentido. Led Zeppelin es universo y el infinito. Pero también es la nada y lo supernatural. Es la pausa del tiempo y la lógica de lo incoherente. Es la epifanía de lo puro.<br />
<br />
Se hizo el silencio. Siguió fumando lentamente su pitillo, saboreando cada calo como si el aire fuera a agotarse en cualquier momento.<br />
<br />
-Pon "No Quarter". Me hace perderme en el cosmos. Siento que voy a acabar colocándome más de la cuenta... -Hizo una pausa para seguir fumando. - No me importaría morir de sobredosis.<br />
<br />
Las primeras notas de la canción sonaron. Sintió una fuerte presión en su sien. A medida que iba abandonándose en la voz de Plant, el cuarto siguió desvaneciéndose hasta desaparecer. Las estrellas aparecieron en el infinito y sintió que flotaba. A su lado, Major Tom sonreía con complicidad.<br />
<br />
-Creo que si la canción sigue un sólo segundo más, no voy a poder regresar, Tom.<br />
<br />
De pronto, se halló en silencio. La gravedad se hizo presente y cayó en picado hacia la tierra. Golpeó duramente contra el asfalto. Sus pulmones se encogieron y empezó a notar un sabor ferroso en la boca.<br />
<br />
Miró a su alrededor. Volvía a estar en aquel comedor. Major Tom había desaparecido. Volvió su vista al frente. Pudo visualizar una sombra a poco más de un metro. Sus ojos, empapados de lágrimas y sudor, pudieron distinguir una guitarra. Se acercó a ella como pudo. La tomó y colocó su mano en el mástil.<br />
<br />
-¿Quieres tocar ahora? -Entonó la voz.<br />
<br />
-Sí. Ya casi lo tengo. Queda bien poco...<br />
<br />
-¿Para qué?<br />
<br />
-Para volver allá arriba.<br />
<br />
Tomó una púa de su bolsillo y empezó a rasgar las cuerdas. El cuarto se desintegró de nuevo. Las estrellas, a lo lejos, brillaban intensamente. Allí estaba Major Tom, tendiéndole la mano. Sonrió.<br />
<br />
-No me importaría morir de sobredosis.Lady Blackhttp://www.blogger.com/profile/03180957283796019523noreply@blogger.com3