Como no he podido irme de viaje, dado que mi estado de salud no me lo ha permitido, me he pasado el finde de relax en casa. Eso se traduce a: el viernes estuve tan enferma que no me pude levantar en todo el día de la cama para hacer nada. El sábado la cosa fue un poco mejor, ya me pude ir moviendo un poco e incluso salí al 'The Globe' a echar unos billares (un buen hombre irlandés se mostró muy interesado en mejorar mi técnica patil) y a cenar al Villa Italia (un restaurante súper cuco donde justo ese día empezaba a trabajar Trini, una amiga de Esther). Y hoy domingo de tranquis. Con nervios y algo de alteraciones porque tantos días encerrada en casa malita acaban pasando factura, pero después se me ha ido pasando todo con un buen juego de cartas con Patri, Marta, Esther y María, una visita inesperada y una cena a lo grande preparada por María... Cómo la voy a echar de menos, ¡Aiiiiiis! Y la partida de cartas ha continuado.
Mañana, como siempre, voy a tener que salir pitando a por las copias impresas de los trabajos para el lunes (que esta mujer cada día nos envía más tarde, por el amor de cristo... ¬¬) y luego ya veremos. No quiero estresarme. Pero me da la impresión de que soy la que vive más despejada de todos. No lo entiendo...
En fin, serafín, con esto y un bizcocho... ;)
¡Saludos domingueros desde Belfast!
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