viernes, 22 de octubre de 2010

Introducing Chaos

Luna llena. Y esa lluvia irlandesa, en diagonal, tan fina que una no percibe su presencia hasta que aparece el sol y puede ver el reflejo, pero que la nota al cabo de cinco minutos porque, sin saber cómo, está inundada. La biblioteca. Llena a pesar de ser las ocho y cuarto. Spar. Clientes saliendo y entrando. Jóvenes que compran cenas preparadas para calentar en dos minutos y medio. Coches a la izquierda. Coches a la derecha. Y claxons. El sonido de las botas. Luego nada. Belfast está en silencio. Ha perdido su banda sonora al alejarse de tanto agetreo.

Casas vacías. Casas silencionas. Excepto una. Luz en el último piso. Una se detiene a observar. Y de pronto unas dulces notas tejiendo alegremente una melodía para piano, rompiendo con todo, rompiendo con la nada. Y ahora sé que Belfast está vivo. Ahora vuelvo a la vida. Un instante que parece durar toda la noche. Y cesa. Cesa la melodía. Y yo me vuelvo a perder.

Luna llena. Lluvia. Me encuentro en University Avenue. No hay piano. No hay melodía. Sólo calle y coches aparcados a ambos lados. Será mejor que vuelva a casa.

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