Oh, dios mío. Resulta que ésta es la semana que me toca limpiar a mí, y no me acordé hasta ayer. Así que hoy me he puesto las pilas. Barrer aquí la cocina apenas tiene sentido porque la mierda está incrustada desde hace años, tampoco tiene sentido intentar limpiar los zócalos del comedor, cuando el óxido que tiene acumulado seguramente esté presente desde el mismo momento en el que se construyó la casa.
Pero es divertido limpiar la moqueta, de veras... ¡Ay qué desgraciaaaaaaaaaaa! ¡Odio las moquetas, las odio, las odio, las odio y las odio! Tienen todo de pelusas enganchadas y por mucho que pases el cepillo no salen :'( Y nada, después de darle duro a mi habitación (ahora parece otra, lo juro xD) he descubierto que la moqueta tenía manchas de substancias X (es decir, imposibles de identificar) y eso no sale ni que le frotes con lejía.
En fin, aquí limpiar las escaleras también es divertido, porque los escalones miden menos de 20 cm de ancho, con lo cual no me cabe ni media rueda del aspirador y eso me obliga a dejarlo al final de todos los escalones y estirar el mango cual chicle a ver si tira y llega hasta al menos tres escalones más por encima.
Mejor no nombrar la mierda que tienen los felpudos de la entrada y el recibidor. Juro que hasta los he levantado y frotado con un cepillo para poder sacar tan sólo 1/3 de la porquería que tenían. ¿Es que en esta casa la mierda se acumula tan pronto? No lo entiendo...
Ahora sí, el disfrute del día: HACER LOS BAÑOS Y PONER LA LAVADORA, lo cual me ha llevado 10 minutos por baño y otros 10 el subir a por la ropa, bajarla, meterla en la lavadora, meter el detergente, seleccionar el programa 4 para color y salir sonriendo de la cocina.
PD: Gracias mamá por darme tanto la tabarra con la limpieza. Ahora empiezo a valorarlo ;)
¡Saludos limpísimos y frescos desde... Belfast!
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