lunes, 28 de febrero de 2011

Lack of Sleep

Es curioso el efecto que produce la falta de sueño en mi organismo. A veces, me sorprende la cantidad de reacciones 'extrañas' que uno puede llegar a presentar en situaciones como esta, reacciones de lo más bizarro y contradictorio que, al mismo tiempo, parecen tener un sentido (aunque no del todo completo) en mi cabeza.

Hoy ha sucedido que, a pesar de la cantidad de cafés que me he tomado, mi cuerpo se mostraba resentido y débil hasta límities insospechados. Supongo que esa reacción es normal. Lo que me ha sorprendido, pues, de todo esto, ha sido la velocidad (cual luz) a la que mi cuerpo ha empezado a activarse en cierto punto de la tarde.

De pronto, toda la cafeína que he ido ingeriendo durante toda la mañana ha prendido, literalmente, una hoguera en mi interior que me ha llevado a un frenesí energético y totalmente inexorable, del cual, a pesar de tener percepción y conciencia de lo que me estaba sucediendo, carecía de control y voluntad.

Ha sido entonces como he sentido que mi mundo se acceleraba repentinamente, y mi pulso y respiración se iban incrementando a cada segundo que sucedía. Cual antítesis total a un estado de embriaguez, en el que uno pierde paulativamente la conciencia y el tiempo y el movimiento parecen ralentizarse mientras uno se entrega, cual ola a la playa , con delicia a un estado de absoluta calma, mi conciencia se proclamaba poderosa y el tiempo, junto con el movimiento, decidía bailar a ritmo frenético y jugar a mi querido cerebro una mala pasada, haciendo que éste reaccionara de manera agresiva, mostrándose alerta a cualquier estímulo externo e interno, en pleno estado de ansiedad.

Y todo esto suena tan caótico al leerlo como es al vivirlo. Un caos de estímulos desordenados, pero a ritmo y velocidad constante, chocando contra mis neurotransmisores. Dósis de cocaína natural. Tampoco me atrevería a decir adrenalina. Pero lo que sí que sé es que, después de tal intenso éxtasis, una considerable cantidad de endorfina ha sido segregada por mi encéfalo y, consecuentemente, un estado de euforia y felicidad me ha invadido cada célula de mi cuerpo.
Las ganas de comerme el mundo han aumentado a ritmo vertiginoso, y mi sonrisa de oreja a oreja era imposible de disimular...

Menudo subidón me ha dado. Ni con el mejor caballo del mundo. Y, pensándolo bien... ¡Con lo barato y sano que es drogarse naturalmente! ¿Quién necesita opio así?

;)

No hay comentarios:

Publicar un comentario